El sultán Qabús bin Said de Omán falleció la noche del viernes tras varios años de enfermedad de la que poco se ha sabido, sin dejar descendencia y sin nombrar sucesor, informó la madrugada del sábado la agencia oficial omaní ONA. La agencia anunció tres días de luto y de suspensión de los trabajos tanto en el sector público como privado, además de otro periodo de 40 días durante en el que las banderas permanecerán a media asta.

El estado de salud del monarca, de 79 años, era una cuestión muy sensible y en general se ha mantenido en secreto, excepto por algunos viajes al extranjero para someterse a controles o tratamientos médicos.

Qabús llegó al poder en 1970, después de derrocar a su padre Said bin Taimur en un golpe palaciego no sangriento, y se le atribuye la modernización y desarrollo del país árabe, que no cuenta con grandes reservas de petróleo como otros vecinos del golfo Pérsico.

Venerado en Omán, poco se conoce de su vida privada más allá de que nunca se casó ni tuvo hijos, ni ha señalado entre sus familiares a un posible candidato a sucederle en el trono, al menos de forma pública.

Omán ha conseguido mantenerse al margen de los conflictos en el golfo y Oriente Medio, y trata de mantener una postura neutral entre el eje suní liderado por Arabia Saudí y el chií, con Teherán a la cabeza. Incluso, Mascate ha mediado entre sus vecinos enfrentados y ha buscado poner fin al conflicto en el Yemen.