Robert Mugabe ha vuelto a aparecer en un acto público después de que el pasado martes el Ejército tomara el control de los principales edificios gubernamentales del país. Lo ha hecho durante la celebración de un acto de graduación en una universidad de Harare, la capital del país. Su inesperada aparición ha sorprendido porque hasta ahora se había informado que el longevo dirigente se encontraba junto a su esposa, Grace Mugabe, y resto de familia bajo arresto domiciliario.

Una fuente del partido de Mugabe, el ZANU-PF, ha confirmado a Reuters que los líderes de la coalición política planean forzar la salida del presidente si se resiste a las presiones del Ejército y se niega a dimitir. El periódico zimbabuense, 'The Herald', publicó el jueves unas imágenes en las que aparece el líder zimbabuense y el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Constantino Chiwenga, estrechándose la mano.

Algunos medios afirmaron que Mugabe estaba negociando con los militares retrasar su salida hasta después de las elecciones presidenciales que, en principio, se celebrarán el próximo año. Sin embargo, desde el partido se ha asegurado que este mismo fin de semana forzarán su retirada.

Apoyo de Estados Unidos

Desde las Casa Blanca el secretario de estado adjunto para Asuntos africanos, Donald Yamamoto, ha manifestado su apoyo a las fuerzas militares zimbabuenses y ha afirmado que este “es el inicio de una nueva era para Zimbabue”. En una reunión con líderes de la Unión Africana, Yamamoto ha asegurado que EEUU se plantearía levantar las sanciones impuestas al país africano si se iniciara un proceso de reforma política y social en el que se protegieran los derechos humanos.

Por otro lado, el exvicepresidente, Emmerson Mnangagwa, conocido como "el cocodrilo" por su carácter implacable, ha regresado este jueves a Zimbabue después de ser cesado por Mugabe el pasado 6 de noviembre por “deslealtad” al presidente. Mnangagwa se encontraba exiliado en Sudáfrica donde criticó al mandatario y a su mujer, la totopoderosa Grace, que pretendía hacerse con la vicepresidencia y convertirse en la sucesora de su marido al frente del país, plan que no compartía la cúpula militar. Mnangagwa ha prometido liderar el ZANU-PF e iniciar una transición en el país.