Miles de personas, en su mayoría hombres, protestaron ayer en los alrededores del Capitolio estatal de Richmond, en Virginia (EEUU), en respuesta a las restricciones a la posesión y porte de armas que los legisladores demócratas quieren imponer en este estado.

Pese a que muchos de los participantes acudieron armados hasta los dientes, no se registró ningún incidente durante la concentración en las inmediaciones del Capitolio, donde por primera vez en un cuarto de siglo los demócratas controlan ambas cámaras tras su victoria electoral de noviembre pasado.

Junto al también gobernador demócrata Raph Northam, los legisladores progresistas han prometido sacar adelante leyes estatales para un mayor control de las armas de fuego, lo que ha suscitado la convocatoria de este lunes. La semana pasada, Northam declaró el estado de emergencia para prohibir temporalmente que la gente llevara armas dentro del recinto del Capitolio, en respuesta a la manifestación, convocada por la Liga de Defensa de Ciudadanos de Virginia.

Durante la concentración, varios políticos, expertos conservadores y defensores de las armas pronunciaron discursos en contra de las leyes antiarmamento y los demócratas. Uno de los participantes fue Dick Heller, un guardia de seguridad al que le fue denegada su solicitud para tener una arma en su casa y presentó una demanda contra la ciudad de Washington DC, sobre cuyo caso falló el Tribunal Supremo en 2008 a favor de su tenencia. La Segunda Enmienda de la Constitución de EEUU, que data de 1791, consagra el derecho a la posesión de armas.

Donald Trump aprovechó para atacar en Twitter a los demócratas: «El Partido Demócrata en la gran commonwealth de Virginia está trabajando duro para eliminar los derechos de la Segunda Enmienda. Es solo el comienzo. No dejen que ocurra, ¡Voten Republicano en el 2020!».