Japón entrará en mayo en la era Reiwa. Tokio ha desvelado el nombre bajo el que reinará Naruhito a partir del 1 de mayo, cuando herede el trono del crisantemo de su padre, Akihito, primer emperador en abdicar en más de dos siglos. La expectación generada por el nombre de la era subraya esa idiosincrasia japonesa a prueba de globalizaciones que compatibiliza la tecnología más epatante con tradiciones milenarias. El nombre se entiende como la oportunidad para un formateado mental colectivo.

Miles de ciudadanos esperaron frente a las pantallas de centros comerciales el anuncio de Yoshihide Suga, jefe del gabinete, y respondieron con aplausos y alguna lágrima. Era el final de meses de deliberaciones ultrasecretas. Lingüistas, políticos y hasta un nobel de Ciencias formaron el grupo encargado de elegir entre las últimas cinco opciones. Su llegada a las oficinas gubernamentales fue filmada desde helicópteros y emitida en directo. Hubieron de entregar sus móviles antes de entrar a unas instalaciones que habían sido escrutadas en busca de micrófonos. Cualquier nombre filtrado antes del anuncio oficial sería inmediatamente descartado. No se conocerá el nombre de los que asesoraron al Gobierno ni del que propuso el nombre elegido.

Los dos caracteres kangi de reiwa son traducibles aproximadamente por «afortunado» o «propicio y paz» o «armonía». Son la adaptación de viejos poemas japoneses del siglo VIII y rompen la tradición de inspirarse en clásicos chinos. Los expertos se sometieron a estrictas instrucciones: debía estar formado por dos caracteres, ser fácil de leer y escribir y evitar nombres comunes.

La era Shova (Japón radiante) de Hirohito fue la más longeva. También la más problemática: las barbaridades de su imperialismo aún son recordadas en el continente. En 1989, con la subida al trono de Akihito, empezó la era Hesei o Alcanzar la paz con la que el actual emperador ha cerrado muchas heridas con sus vecinos.