El primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, ha hecho un llamamiento a su país para que cierre filas ante la comunidad internacional tras la resolución 2334 que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el viernes relativa a la ilegalidad de los asentamientos judíos en la Cisjordania ocupada, una resolución que carece de precedentes en dicho organismo desde 1980.

Al mismo tiempo, Netanyahu ha dado instrucciones a los miembros de su gobierno y de los partidos de la coalición que lidera el Likud para que sean cuidadosos con las declaraciones que realizan, aunque él mismo ha responsabilizado al presidente Barack Obama de lo ocurrido en la sede de la ONU. Además, Netanyahu teme que en los últimos días de su mandato, Obama impulse alguna acción contra la ocupación, especialmente en el marco de la conferencia que Francia ha organizado sobre este tema para el 15 de enero.

La expansión colonial, que es el meollo de la resolución aprobada en Nueva York, es sistemática en numerosas áreas de Cisjordania, y en particular en Jerusalén este, donde se ven grúas trabajando constantemente. La población de colonos en el conjunto de la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén, se estima en más de 650.000 personas, aunque hay fuentes alternativas que sitúan la cifra por encima.

Desde el viernes han circulado informaciones de que se preparan nuevas expansiones en gran número, sin embargo, hasta el momento no se ha confirmado ninguna de manera oficial. En la oficina del primer ministro sugieren que los nuevos proyectos tendrán que esperar en el cajón hasta el 20 de enero, la fecha en que Obama abandonará la Casa Blanca.

CONVOCAR A EMBAJADORES

Una de las decisiones más rápidas de Netanyahu, que también es titular de Exteriores, ha sido convocar en el ministerio a los embajadores de los países que votaron a favor de la 2334, a quienes Israel presentó sus protestas de manera enérgica. Ayer, sin embargo, el portavoz de Exteriores Emanuel Nachshon fue más comedido y conciliador.

“No habrá delegaciones israelíes que viajen a España ni delegaciones de España que vengan a Israel, al menos por el momento. Es una limitación temporal que no tendrá incidencia en las relaciones bilaterales con España, que son muy buenas”, dice Nachshon en un tono más mesurado del que han utilizado los dirigentes hebreos recientemente.

Miguel Moro, número dos de la Embajada de España en Tel Aviv, fue uno de los diplomáticos llamados al orden por el ministerio de Exteriores israelí el día de Navidad, una fecha que fue elegida sin demasiado tacto y que sentó mal en el cuerpo diplomático acreditado en Tel Aviv. “Es como si nosotros convocáramos a los israelíes el día de Yom Kippur”, han comentado en algunas cancillerías europeas.

REACCIÓN VIRULENTA

El 25 de diciembre las autoridades israelíes fueron bastante más agresivas. En medios europeos se califica esa primera reacción de “demasiado virulenta”. “En el tema de los asentamientos, Israel conoce bien cuál es la posición de los países que votaron a favor de la resolución 2334, y si Israel decide ir más lejos, puede haber nuevas erosiones a nivel internacional, aunque nosotros no lo deseamos”, advierten desde Bruselas.

Por ahora no existe confirmación oficial de que la entrevista prevista para enero entre Netanyahu y su colega británica, Theresa May, vaya a celebrarse durante la cumbre económica de Davos, en Suiza. Este asunto, del que se ha hablado mucho en Israel en los últimos días, seguramente se decidirá antes del encuentro.

Pero Israel ha “reducido” los contactos con los países que votaron la resolución y ha suspendido por el momento los “programas de ayuda” con Angola y Senegal. Esos países no pueden venir a Israel “para aprender sobre lucha antiterrorista, ciberdefensa y tecnologías agrícolas, y hacer acto seguido lo que quieren en la ONU”, ha declarado la viceministra de Exteriores, Tzipi Hotovely.

PÁNICO EN VEZ DE POLÍTICA EXTERIOR

Según algunos analistas, el malestar de Netanyahu puede acarrear a Israel consecuencias negativas si se prolonga demasiado, de manera que algunos señalan que la ira es temporal y que en ningún caso la sangre llegará al río. Yair Lapid, un político opositor, ha criticado a Netanyahu diciendo que “entrar en pánico no puede sustituir a una política exterior”.

“La respuesta (de Netanyahu) me parece en primer lugar ridícula”, ha manifestado Dov Weisglass, que fue uno de los más cercanos asesores del difunto primer ministro Ariel Sharon. “El intento de crear una simetría entre nosotros y el resto del mundo y de castigar a los 14 países que votaron contra nosotros servirá para hacer realidad el sueño palestino de aislar a Israel internacionalmente”.

El texto de la 2334 exhorta a Israel a “cesar inmediata y completamente toda actividad de colonización en el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén este”, y añade que las colonias judías “no tienen valor jurídico”. Esto significa justamente lo contrario de lo que está haciendo Israel desde la guerra de 1967.