La céntrica Plaza Italia de Santiago de Chile volvió a ser el viernes escenario de una multitudinaria manifestación de miles de personas, cuando han transcurrido ya más de cuatro meses desde el inicio de las protestas para pedir reformas socioeconómicas y contra el Gobierno de Sebastián Piñera.

Las manifestaciones se repitieron también en otros puntos del país, como en la norteña ciudad de Antofagasta, donde al menos un centenar de personas marchó por una de las principales avenidas costeras.

En Santiago, en paralelo con el ambiente festivo que suele reinar en las manifestaciones, con música, cánticos, pancartas y disfraces, se produjeron algunos enfrentamientos entre personas violentas y agentes de policía, como viene siendo habitual desde el comienzo de las protestas.

En medio de estos incidentes, por redes sociales se informó de que un menor recibió presuntamente el impacto de una bomba de gas lacrimógeno en la cabeza, quedando inconsciente en un primer momento y siendo luego reanimado y trasladado a un centro de atención médica.

Las movilizaciones, que comenzaron el 18 de octubre del año pasado, han quedado relegadas casi exclusivamente a los viernes y aunque han perdido fuerza sigue existiendo descontento en las calles y la crisis parece lejos de solucionarse, pese a las medidas sociales anunciadas por el Gobierno y al plebiscito sobre una nueva Constitución que se celebrará el próximo 26 de abril.

Lo que en un principio empezó siendo un llamamiento de los estudiantes a protestar contra el aumento de la tarifa del metro se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo, que dejó episodios de violencia extrema con saqueos e incendios y hasta ahora al menos 30 muertos.