Lejos aún del pico previsto de impacto del coronavirus, Nueva York empieza ya a estar al límite. Este domingo el estado registraba cerca de 60.000 casos positivos y 965 fallecidos, con casi 34.000 contagios y 678 muertes solo en la Gran Manzana, una gran urbe que acumula un cuarto de los 125.000 casos detectados en Estados Unidos. Y el alcalde Bill de Blasio, ha hecho saltar las alarmas: Tenemos suministros médicos, con excepción de ventiladores, para llegar al domingo que viene, ha dicho el primer edil, que ha pedido refuerzos en todas las categorías, sobre todo ventiladores pero también de otro material, ha pedido personalmente al presidente Donald Trump que movilice y envíe a la ciudad personal militar médico y está estudiando también cómo hacer llegar personal sanitario civil desde otros estados menos afectados.

Los hospitalizados en la ciudad de Nueva York son ya 8.503, con 2.037 de ellos en unidades cuidados intensivos, donde las camas ya empezaron a escasear hace días.

Los servicios de emergencia y las ambulancias cuyas sirenas se han convertido en la principal banda sonora de la ciudad están trabajando a un ritmo sin precedentes, con casi el doble de llamadas que en circunstancias normales, batiendo tristes marcas, moviéndose en niveles similares a los de los atentados del 11-S.

Ningún área metropolitana se va a librar

Advertencias similares a las de De Blasio sobre escaseces acuciantes llegan desde otros estados con grandes ciudades donde la situación también empeora a gran velocidad: Michigan y Detroit; Luisiana y Nueva Orleans... Y Nueva York se está demostrando el canario en la mina del que ya hablaba hace días el gobernador, Andrew Cuomo, asegurando que el resto del país debía ver lo que está por llegar.

Es un mensaje que ha repetido este domingo la doctora Deborah Birx, coordinadora de respuesta del grupo de trabajo de coronavirus de la Casa Blanca: Todas las zonas metropolitanas deben asumir que pueden tener un brote equivalente al de Nueva York, ha dicho. Ningún estado, ningún área metropolitana, se va a librar.

También el doctor Anthony Fauci, el inmunólogo que desde 1984 dirige el Centro Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y forma parte del grupo de respuesta de la Casa Blanca, ha explicado en CNN que Nueva York ya ha dejado atrás cualquier esperanza de contener la enfermedad y enfrenta ahora el reto de mitigar el impacto. El gobernador Cuomo este domingo ha anunciado que se amplían por lo menos hasta el 15 de abril las restricciones a movimientos y negocios que se empezaron a aplicar hace una semana. Y con realismo ha avisado: esto no va a mejorar pronto".

Entre 100.000 y 200.000 muertos

Fauci ha puesto sobre la mesa también este domingo un oscuro número: el de la posibilidad de que Estados Unidos llegue a registrar entre 100.000 y 200.000 muertos por coronavirus. Ha querido, no obstante, tratar de evitar que la atención se fije en cálculos y estimaciones como la que él mismo ofrecía. No creo que necesitemos hacer proyecciones porque las cosas cambian mucho y podríamos fácilmente equivocarnos y confundir a la gente, ha dicho.

En medio de la descomunal crisis, y usando una de las herramientas de su manual habitual, Trump dedicaba parte de sus esfuerzos por la mañana del domingo a colgar tuits de ataque a la prensa, llegando a escribir: quieren que fracasemos y destacando los índices de audiencia de sus comparecencias.

La víspera había tenido que dar marcha atrás en el globo sonda lanzado con la posibilidad de imponer una cuarentena forzosa a partes del estado de Nueva York así como los de Nueva Jersey y Connecticut. No está claro siquiera si tenía autoridad para hacerlo dentro del complejo y delicado equilibrio de poderes entre el gobierno federal y los estatales en el sistema estadounidense. En cualquier caso acabó siendo persuadido por las recomendaciones que le hicieron expertos como Fauci. No quieres llegar al punto en que las cosas que aplicas crean más dificultades, morales y de otro tipo, cuando puedes alcanzar el mismo objetivo de otra forma voluntaria, ha explicado Fauci.

Finalmente Washington optó por una fuerte recomendación del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de que no se realicen durante 14 días viajes desde esos tres estados salvo que sea realmente necesario.

Cuomo ha agradecido al presidente que optara por no entrar en una medida que el gobernador enmarcó el sábado como una discusión "de guerra civil". También ha dado las gracias a la gobernadora de Rhode Island por retractar planes que habrían limitado la entrada de neoyorquinos al estado. Son varios, incluyendo Tejas y Florida, los que obligan a quienes llegan desde Nueva York a recluirse en aislamiento 14 días.