El ministro a cargo de los servicios de Inteligencia de Nueva Zelanda, Andrew Little, dijo que ha autorizado a las agencias de espionaje a realizar actividades más "intrusivas" tras el atentado de Christchurch que causó 50 muertos.

Little indicó que ha firmado varias órdenes de vigilancia sin aclarar el número ni dar detalles de sus características, aunque precisó que estas incluyen desde el seguimiento físico de la actividad de las comunicaciones.

"El propósito de esta orden es autorizar y efectivamente hacer legal algo que de otra manera sería una actividad ilegal", dijo el ministro al diario New Zeland Herald, donde señaló que normalmente hay entre 30 y 40 personas bajo vigilancia en el país.

"El número debe ser mayor ahora y estará en los extremos de la escala con las personas que son de interés", precisó.

El ministro evitó aclarar si las personas bajo vigilancia eran supremacistas blancos, como el autor del atentado de Christchurch, y aseguró que "las agencias tienen la responsabilidad de investigar el terrorismo y el extremismo violento de toda clase".