El Gobierno de Nueva Zelanda ha prohibido a los extranjeros a comprar casas con el fin de congelar la subida de precios que está viviendo el sector inmobiliario en el país. La primera ministra, Jacinda Ardern, ya anunció en octubre, cuando ganó las elecciones, que se aplicaría la medida a todas aquellas personas no residentes.

El primer ministro de Vivienda y Urbanismo, Phil Twyford, ha asegurado este jueves en el Parlamento que la ley empezará a aplicarse a principios del próximo año y que su propósito es que “los precios de las casas sean establecidos por los compradores y vendedores que vivan en Nueva Zelanda y que no se conviertan en un bien especulativo para los inversores extranjeros”.

Aumento de la inversión extranjera

Esta legislación fue propuesta durante la campaña de los laboristas que acabaron con nueve años de gobierno del partido conservador. Una de sus principales promesas electorales era frenar la subida de los precios de las viviendas. Nueva Zelanda está inmersa en una crisis inmobiliaria en la que los precios de las propiedades han aumentado un 57% en los últimos diez años.

Según un estudio que publicó la Universidad de Yale en julio, el incremento del valor de las viviendas ha llevado a más de 40.000 personas a vivir en las calles en situaciones extremas. Este problema ha sido incentivado por la subida de las inversiones extranjeras, sobretodo de procedencia china. Una inversión que ha crecido en un 17,8% durante el último mes ante el temor de muchos compradores por la aplicación de la nueva ley.

Excepciones en la legislación

Tan solo los ciudadanos residentes, que lleven más de un año viviendo en Nueva Zelanda podrán comprar domicilios. Sin embargo, la ley establecerá excepciones para los casos de aquellas personas que puedan demostrar que su compra puede ayudar a aumentar el suministro de viviendas o para los inversores que demuestren a la Oficina de Inversores en el Extranjero que residirán en el país a largo plazo. El reglamento tampoco será aplicable a las personas que provengan de Australia.

La nueva normativa ha sido muy criticada por algunos sectores. Según el índice del precio de vivienda que realiza el Instituto Estatal de Nueva Zelanda (REINZ, en sus siglas en inglés), solo el 3,8% de las compras de domicilios son realizadas por inversores extranjeros. El jefe ejecutivo de esta entidad, Bindi Norwell, ha cuestionado “la efectividad que el Gobierno cree que la nueva ley tendrá, teniendo en cuenta que la inversión extranjera representa un pequeño porcentaje del total de compradores”.