El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció ayer algunos alivios de las restricciones ante el coronavirus, al tiempo que declaró un toque de queda de cuatro días a partir del sábado para ralentizar su propagación. El mandatario subrayó la importancia de limitar al máximo los contactos y pidió a la ciudadanía «no alimentar al virus» saliendo sin necesidad.