La victoria del ‘brexit’ en el referéndum del 23 de junio no solo amenaza con cambiar el tablero de juego dentro de la Unión Europea (UE). La salida británica también puede suponer todo un vuelco en las relaciones entre Estados Unidos, la UE y la OTAN, y de ahí que pocos dirigentes se hayan resistido a hablar de este asunto en la primera jornada de la 28ª cumbre de la Alianza Atlántica que se celebra este el 8 y el 9 de junio en Varsovia. Entre ellos, el presidente estadounidense, Barack Obama, que ha reclamado a sus aliados europeos un proceso de transición “ordenado y tranquilo”.

Que la decisión británica genera inquietud y ansiedad sigue siendo evidente. Por sus consecuencias políticas internas pero también por los efectos que puede tener para la seguridad de todo el continente. “Si ocurre va a causar otra profunda crisis, quizás la más profunda para la UE”, alertaba este viernes el presidente polaco, Andrej Duda. “Sabemos que las consecuencias geopolíticas pueden ser muy graves”, admitía el presidente de la UE, Donald Tusk, que calificaba el resultado de “incidente” y “no el inicio del proceso”.

Barack Obama optaba, en cambio, por lanzar un mensaje racional. No porque no le preocupe la salida de la UE de un aliado clave, como es el Reino Unido, sino porque toca minimizar el impacto negativo que puede tener un proceso que asegura no es el final de Europa. “El voto del Reino Unido de abandonar la UE ha creado incertidumbre sobre el futuro de la integración europea. Desgraciadamente esto ha llevado a algunos a sugerir que todo el edificio de seguridad y prosperidad europeo está desmoronándose. A aquellos que se preguntan qué significa esto para las relaciones trasatlánticas, este tipo de hipérbole está fuera de lugar”, advertía tras reunirse brevemente con Tusk y Jean-Claude Juncker.

MOMENTO "CRÍTICO"

El presidente estadounidense, que abandonará la Casa Blanca en enero del 2017 y que vive estos días el que puede ser uno de sus últimos viajes a Europa, ha admitido que el Viejo Continente se encuentra en un “momento crítico”. Aún así, de sus conversaciones con la cancillera alemana, Angela Merkel, y el dimitido primer ministro británico, David Cameron, se lleva el convencimiento de que trabajarán juntos, de forma “pragmática y cooperativa”, para poner en marcha un proceso de transición “ordenado y tranquilo”, porque nadie tiene interés en que se enquisten las negociaciones. “Todo el mundo tiene interés en minimizar cualquier perjuicio”, sostiene.

Entre ellos, la Alianza Atlántica, que cuenta en el Reino Unido con su segundo aliado más importante. “Es la segunda potencia militar tras Estados Unidos y supone casi un cuarto del gasto total en defensa de todos los aliados. Estoy seguro de que seguirá siendo un aliado muy importante”, recalcaba el secretario general de la OTAN,Jens Stoltenberg. Cameron recogía el guante y garantizaba que no darán la espalda al bando aliado. “El Reino Unido no va a jugar un papel menor en el mundo. Puede que abandone la UE, pero no estamos dando la espalda a Europa y no estamos dando la espalda a la seguridad y defensa de Europa”, prometía.