El barco 'Eleonore' de la oenegé alemana Mission Lifeline con 104 migrantes rescatados ha entrado en aguas territoriales italianas y se dirige al puerto de Pozzallo, en Sicilia, a pesar de la prohibición de las autoridades.

La oenegé alemana ha anunciado esta decisión después de un fuerte temporal durante la noche con el argumento de que las condiciones a bordo son "insostenibles". La organización pide, si es posible, que se personen en el puerto abogados con el objetivo de atender las necesidades legales de los inmigrantes.

El barco había permanecido durante varios días en aguas internacionales entre Malta e Italia sin que ninguno de los dos países le otorgara barco para desembarcar.

El ministro italiano de Interior en funciones, Matteo Salvini, firmó la "prohibición de entrada, tránsito y parada en las aguas territoriales italianas" para la nave 'Eleonore'. Aun no se ha producido ninguna reacción por parte de las autoridades italianas al anuncio de pasar por alto la prohibición.

EL PRECEDENTE DE SEA WATCH

La única vez hasta el momento que un barco forzó la prohibición de las autoridades italianas fue uno de la oenegé Sea Watch que, por decisión de su capitana, Carola Rackete, entró en el puerto de Lampedusa y fue arrestada, aunque posteriormente puesta en libertad, por forzar el desembarco.

La oenegé Mission Lifeline ha denunciado durante estos días las condiciones en las que se encuentran los migrantes hacinados en este pequeño barco, donde es imposible moverse.

El Gobierno alemán afirmó el pasado miércoles que se necesitaba "urgentemente una solución" para el 'Eleonore' y se comprometió a asumir una cuota significativa de las personas a bordo.

Además de la embarcación 'Eleonore' esperan frente a las costas de la Lampedusa en aguas internacionales el barco 'Alan Kurdi' de la oenegé alemana Sea Eye con 13 migrantes, entre ellos ocho menores, y el 'Mare Jonio' de la oenegé italiana Mediterranea Saving Humans con 31 migrantes.