En el este de Alepo, controlada por grupos rebeldes opositores sirios y asediada por el las fuerzas del régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad, solo quedan 34 médicos para los 300.000 civiles que se estima que están atrapados allí, según denunció hoy una ONG siria.

En rueda de prensa en Ginebra, el director de la ONG Unión de Organizaciones de Asistencia Médica y de Socorro (UOSSM), Tawfik Chaama, afirmó que "los médicos que quedan al este de Alepo trabajan como pueden, ayudando a los civiles que quedan en zona de guerra y bajo ataques militares diarios".

De estos 34 médicos, 31 son doctores generalistas y 3 son dentistas.

Actualmente, según datos de la UOSSM, en Alepo quedan cuatro hospitales abiertos pese a los daños sufridos por los ataques, de los cuales dos solo funcionan parcialmente.

La situación que se vive en Siria en general es una total violación del derecho internacional humanitario y de los valores de la humanidad en sí. Nunca se había visto antes, ni siquiera en el siglo XX, que los hospitales y los trabajadores médicos hubieran sido un objetivo militar tan claramente", agregó.

Según datos de la ONG Red Siria para los Derechos Humanos (SNHR, por sus siglas en inglés) y presentados por la UOSSM en 2016 ha habido más de 80 ataques contra instalaciones sanitarias en el país.

Asimismo, a lo largo del conflicto más de 600 médicos sirios han perdido la vida debido a los ataques, perpetrados en un 90 por ciento de las ocasiones por las fuerzas gubernamentales, según el recuento de la SNHR.

Desde el inicio del conflicto en Siria, en marzo de 2011, más de 10.000 especialistas han abandonado el país, con lo que cerca del 40 por ciento de la población no tiene acceso a atención primaria.

Por ello, el portavoz pidió a la comunidad internacional que aumente sus esfuerzos para separar la cuestión militar de la humanitaria en el conflicto y que se apliquen las resoluciones de la ONU relativos al acceso de la ayuda humanitaria y protección de hospitales.

Preguntado por la decisión anunciada hoy por Rusia y el Gobierno sirio de abrir tres corredores humanitarios y uno militar en el este de Alepo para permitir la salida de civiles y de los combatientes que se rindan, Chamaa dijo que se trata de un "chantaje".

"El hecho de que ambos corredores hayan sido anunciados a la vez deja entrever el chantaje", señaló.

De efectuarse la decisión anunciada, Chamaa dijo que los corredores deben ser supervisados por la comunidad internacional, puesto que a su juicio "no tendría sentido que el responsable de la violencia sea el mismo que proporciona una solución".

"Las intenciones del Gobierno y de sus aliados rusos no están claras con esta decisión", aseveró.

Chamaa comentó que uno de esos corredores (el del barrio de Bustan al Qasr), había sufrido seis bombardeos horas antes.