L a aprobación de la primera vacuna contra el covid-19 en el Reino Unido ha abierto la esperanza frente al devenir de la pandemia casi un año después de que se registraran los primeros contagios en China. «Creemos que este puede ser realmente el principio del fin de la pandemia si somos capaces de distribuir la vacuna con audacia», dijo el miércoles Ugur Sahin, el consejero delegado de BioNTech, la farmacéutica que ha desarrollado junto a Pfizer la primera inmunización avalada en el mundo occidental. Un hito que no debería, sin embargo, dar pie a la autocomplacencia, según advirtió ayer el secretario general de la ONU. António Guterres señaló que los estragos del virus se prolongarán durante años y pidió de nuevo al mundo que se movilice para ayudar a los países más vulnerables.

«No nos engañemos. La vacuna no puede deshacer unos daños que se dejarán sentir durante décadas», dijo el diplomático portugués en la cumbre extraordinaria que se abrió ayer en Nueva York para buscar respuestas globales a la pandemia.

La sesión se inauguró con un minuto de silencio en la Asamblea General para recordar al millón y medio de muertos que ha dejado hasta ahora el virus, que sigue batiendo récords de contagios y fallecidos cuando el calendario llama a las puertas del invierno. Detrás de las penalidades diarias, el paro o la soledad indisociable a esta pandemia, Guterres recordó que «la pobreza está creciendo, acecha la amenaza de una hambruna y nos enfrentamos a la mayor recesión mundial en ocho décadas».

El secretario general volvió a pedir a los países ricos que tomen medidas para aliviar la deuda del mundo en desarrollo. La alternativa, dijo, es una crisis de liquidez que está obligando a algunos gobiernos a «elegir entre suministrar servicios básicos o pagar sus deudas». Si bien el presidente de la Asamblea General había afirmado poco antes que este no es momento para buscar culpables, Guterres recriminó la actitud de los países que se han negado a seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, usada como chivo expiatorio para eludir sus responsabilidades por gobiernos como el de Trump. «En algunos casos hubo una negación de los hechos y se ignoraron las directrices. Y cuando un país va a la suya, el virus se propaga en todas direcciones».

Durante su intervención en la cumbre, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michael, presentó en nombre del bloque comunitario una propuesta para crear un tratado internacional que sirva para cimentar la cooperación global frente a futuras pandemias. «El objetivo es hacerlo mejor en todas las áreas en las que hemos visto que es necesario reforzar nuestra cooperación», dijo Michael.

En la cumbre especial que comenzó ayer está previsto que participen con mensajes pregrabados en vídeo 53 jefes de Estado y 39 jefes de Gobierno. Entre otros, intervienen el presidente francés, Emmanuel Macron; la canciller alemana, Angela Merkel; el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez; o los primeros ministros de Japón, Yoshihide Suga, y la India, Narendra Modi. H