Pasan las horas y los días y sigue sin vislumbrarse en el horizonte una solución para los más de 500 migrantes rescatados por las oenegés Proactiva Open Arms, Médicos Sin Fronteras y SOS Méditerranée en aguas del Mediterráneo central en los últimos días. La Comisión Europea explora soluciones para los refugiados, pero ningún país se ha ofrecido de momento para acogerlos voluntariamente.

Open Arms evacuó ayer de emergencia a Malta a ocho de los 159 migrantes que acoge desde hace 12 días. Se trata de dos mujeres con problemas de salud y de sus acompañantes. Se pactó que desembarcasen con sus familiares para evitar dañar su mermado estado anímico. A estas personas hay que sumar la de un hombre afectado de tuberculosis que fue trasladado por la Guardia Costera italiana el domingo a Lampedusa y otras dos mujeres embarazadas y la hermana de una de ellas.

Además, la oenegé española solicitó ayer a la Embajada española en Malta que dé asilo a los 31 menores que se encuentran en el barco, que permanece en aguas internacionales frente a la isla de Lampedusa a la espera de un puerto seguro. Según la misiva que el capitán de la embarcación, Marc Reig, envió a la embajada, los 31 menores «cumplen las condiciones para ser reconocidos como refugiados» e indicóque esta situación ya se puso en conocimiento del Tribunal de Menores y de la Procuraduría de Menores de Palermo sin obtener respuesta.

SITUACIÓN DRAMÁTICA / El fundador de Open Arms, Óscar Camps, expresó su frustración por la falta de soluciones para los migrantes rescatados y acusó al presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, de permanecer «de perfil» ante esta dramática situación. «Estoy indignado porque no están haciendo nada y se olvidan además que este pabellón es español», lamentó en declaraciones a la Cope.

A la espera de una respuesta a la demanda de asilo, hasta tres ministros del Ejecutivo de Sánchez, María Jesús Montero (Hacienda), Magdalena Valerio (Trabajo, Migraciones y Seguridad Social) y José Luis Ábalos (Fomento), volvieron a insistir ayer que la responsabilidad en este caso recae en Italia, país que ha aprobado recientemente una restrictiva ley antiimigración que castiga con multas de hasta un millón de euros y penas de prisión a las oenegés que atraquen sin permiso en sus puertos.

«El barco debería acudir al puerto más cercano a su alcance para que las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad puedan ser atendidas para que no sufran consecuencias irremediables e Italia y todos los países deben respetar la legalidad», manifestó Montero. Valerio reiteró los argumentos de su compañera de Gabinete y añadió que «España da sobradas muestras de solidaridad y liderazgo para que esta cuestión migratoria sea algo resuelto de manera coordinada por toda la UE». Y Ábalos negó que el Gobierno haya cambiado de posición con respecto a esta cuestión e instó a que «cada uno asuma su responsabilidad», en alusión a Italia.

PETICIÓN FORMAL / La Comisión Europea está en contacto con los Estados miembros de la UE para intentar hallar una solución. «No hemos recibido una petición formal de ningún Estado miembro por el momento para iniciar la coordinación, pero hemos contactado con todos para explorar posibles opciones en caso de una potencial futura reubicación voluntaria de las personas en el navío», dijo la portavoz comunitaria Tove Ernst, quien recalcó que la resolución de esta crisis «depende de la voluntad» de los gobiernos.

Mientras tanto, la situación en los dos barcos, el Open Arms y el Ocean Viking, cada vez es más frágil. Según ha explicado a la agencia Efe la jefa de misión de la oenegé española Anabel Montes, el ánimo a bordo «pende de un hilo». Los 151 migrantes están «en condiciones de hacinamiento» y físicamente «exhaustos». Se trata de una embarcación «con limitaciones», de solo 37 metros de eslora, y no está preparada para acoger a tantas personas juntas durante tanto tiempo, ni siquiera puede ofrecer una ducha para todos, ni siquiera para la tripulación.

El Ocean Viking, por su parte, se encuentra al límite de su capacidad después de rescatar ayer frente a las costas de Libia a 105 migrantes, con lo que el número total a bordo asciende ya a 356 personas. Una cifra que podría ir en aumento en los próximos días, cuando se celebra la fiesta musulmana del Sacrificio y está previsto que los guardacostas libios bajen la guardia.