La oposición venezolana sigue dando pasos para dotar de legitimidad internacional al autoproclamado presidente interino Juan Guaidó e intensificar el pulso que mantiene con el Gobierno de Nicolás Maduro. Sus representantes celebraron este jueves en Washington la primera conferencia internacional sobre la crisis humanitaria en Venezuela, una cumbre que se cerró con diversos compromisos para donar alimentos y medicinas por valor de 90 millones de euros, una cifra que incluye también de las cantidades ya anunciadas en los últimos días, según confirmaron los organizadores. Estados Unidos, Canadá, Alemania y Reino Unido son los cuatro países que más fondos han comprometido.

La gran duda sigue residiendo en cómo entrarán las ayudas, dada la oposición del régimen de Maduro a permitir la entrada de los camiones que esperan en las fronteras de Colombia y Brasil. Un tercer punto de almacenamiento es la isla holandesa de Curazao, cuya disposición a ejercer de centro logístico para la oposición venezolana se había mantenido hasta ahora en secreto. La primera fecha clave será el próximo 23 de febrero, la fecha anunciada por el presidente de la Asamblea Nacional como Día D para la entrada de las ayudas. Aunque los mecanismos que se utilizarán siguen siendo una incógnita, todo parece indicar que la oposición pretende movilizar a miles de venezolanos para que acudan ese día a las fronteras a reclamar el desbloqueo de las ayudas. Su esperanza pasa por que los militares desoigan las órdenes del Palacio de Miraflores y dejen entrar los camiones.

COLABORACIÓN DEL EJÉRCITO

“Nosotros confiamos en que los soldados de la fuerza nacional van a dejar que esos medicamentos ingresen porque los soldados y sus familias no son ajenos a la crisis humanitaria que padece nuestro país”, aseguró a los medios David Smolansky, uno de los representantes del equipo de Guaidó ante la Organización de Estados Americanos (OEA). La sede del organismo multilateral en Washington albergó la conferencia, a la que fueron invitados 63 países, pero los organizadores no hicieron pública la lista de los que finalmente asistieron. España mantuvo un perfil bajo. Según fuentes diplomáticas, envío a uno de sus delegados ante la OEA, pero no hizo público ni el nombre ni el cargo y tampoco consta que comprometiera más fondos que los 650.000 euros anunciados hace unos días.

Entre los representantes del ‘presidente encargado’ se respiraba un ambiente eufórico. “Es una jornada histórica”, dijo Carlos Vecchio, el embajador de Guaidó en EEUU. “Los más de 100 millones recaudados demuestran la solidaridad del mundo democrático con la lucha que se está dando en Venezuela”. Como ya hizo hace unos días el secretario general de la OEA, Luis Almagro, algunos de los ponentes invocaron la doctrina de la "responsabilidad para proteger" como una posible solución para desbloquear el conflicto en caso de que Maduro se niegue a convocar elecciones libres. “No podemos descartar la misión de una coalición militar de paz”, dijo Miguel Ángel Martin, presidente del Tribunal Supremo en el exilio.

Esa doctrina sirve para autorizar intervenciones militares cuando el Gobierno de un país vulnera los derechos fundamentales de la población, aunque la misión tiene que ser autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU, una opción que se antoja muy remota por el apoyo de China y Rusia a Maduro.