En un ambiente «familiar», como se había prometido desde la organización, 6.000 personas marcharon ayer entre la francesa Hendaya y la española Irún contra la celebración de la cumbre del G-7. Un gran contingente policial estratégicamente alejado de los manifestantes se volvió innecesario por la ausencia de incidentes. La portavoz de la plataforma G7Ez (G7No), Anabel Sanz, dijo que a la organización «le resultó difícil mantener esta tranquilidad, con el nivel de bunkerización y ocupación militar de estos días».

G7Ez -con entidades como EH Bildu, Podemos y los sindicatos LAB y ELA- es una de las plataformas que convocaron la marcha, además de 50 entidades francesas unidas en Alternatives G7. Al comienzo de la marcha, organizadores y fuerzas policiales temían alguna reacción violenta de infiltrados que reaccionaran a las detenciones de 17 alborotadores en la noche del viernes en la localidad vascofrancesa de Urrugne, que se saldaron además con cuatro gendarmes heridos por fuego de morteros caseros. Pero no se cumplió esa previsión.

ESTANDARTE NEOLIBERAL / El término de la manifestación, que se produjo frente al centro de congresos iruñés Ficoba, sirvió de clausura para la contracumbre. Los organizadores emitieron un llamamiento según el cual «la cumbre del G-7 es y será el estandarte de políticas neoliberales y autoritarias». Los gobiernos de ese grupo «han aumentado las desigualdades sociales (...), han colonizado continentes, esquilmando sus recursos naturales a la vez que se levantan muros e impide la libre circulación de personas migrantes pobres», dice el llamamiento.

La contracumbre, según manifestó Aurelie Trouvè, portavoz de Alternatives G7, invita a la gente a «reapropiarse el ejercicio de la democracia». Junto a ella caminaron el líder de Sortu, Arkaitz Rodríguez, y la portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua. Sanz calificó de «masiva» la manifestación, pero hubo grandes claros ante el Ficoba.

Llegaba hasta allí una variopinta confluencia de activistas, desde altermundialistas latinoamericanos a defensores de Palestina, los chalecos amarillos o la plataforma de homenajes a presos de ETA Kalera Kalera.

DESPLIEGUE ACTIVO / Desde el estrado, Anabel Sanz envió «un abrazo a los pueblos en lucha de Palestina, Kurdistán, Córcega, Catalunya, Escocia y el pueblo mapuche». Había esteladas entre las banderas ecologistas y comunistas. Unos manifestantes se taparon con doradas mantas térmicas, en referencia a las que calientan a los migrantes rescatados del mar. Gritaban «¡Open Arms, alkartasuna!» (Open Arms, solidaridad).

Para hoy se mantiene el despliegue policial en la frontera de Ertzaintza, Guardia Civil, Policía y Gendarmería, previniendo alborotos de radicales anarquistas o del Black Bloc. A lo largo del día están convocadas siete concentraciones de protesta en torno a la blindada ciudad de Biarritz, en las localidades de Bayona, Anglet y Bidart.

No se aludió a esas concentraciones en el acto de Irún. Los convocantes se han citado para más adelante: «Nos volveremos a encontrar en septiembre», dijo Trouvé, en alusión a las huelgas por el clima convocadas en todo el mundo para el 27 de ese mes.

Los activistas, mientras tanto, enrollaban sus pancartas. En sus furgones, los ertzainas daban cuenta de un bocadillo. En el cielo, un dron y tres helicópteros policiales retornaban a sus bases.