El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha sufrido un duro revés tras fracasar el referéndum que ha promovido para que los húngaros decidan si aceptan o no las cuotas de refugiados fijadas por la Unión Europea.

La consulta ha quedado invalidada por haber sido la participación inferior al 50% del censo electoral, admitieron fuentes del partido del primer ministro. El porcentaje puede bajar todavía más cuando se contabilicen los votos nulos, que no computan como participación, y que es lo que han utilizado las oenegés humanitarias para rechazar la millonaria campaña y la política xenófoba del líder del partido de derecha Fidesz.

Estos resultados debilitan a Orbán en su pulso con Bruselas, aunque se da por seguro que su postura con respecto a las cuotas y los refugiados no va a cambiar, y también le resta fuerza dentro de Hungría, donde mantiene un pulso con el Movimiento para una Hungría Mejor (Jobbik), el partido de extrema derecha que ha advertido que de no ser válida la consulta exigirá la dimisión de Orbán.