Después de la multitudinaria marcha del sábado en la que se repitieron las consignas que lo comparan con el depuesto dictador Anastasio Somoza, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, empieza a diseñar una estrategia política que se parece a un acto de supervivencia. Ortega se aprestaba a sacar de su cargo a Aminta Granera, la jefa de la Policía Nacional sobre quien pesan buena parte de las responsabilidades por los 30 muertos confirmados durante las protestas contra la reforma de la seguridad social.

La dimisión de Granera fue demandada en las últimas movilizaciones. Pero ese no es el único pliego de exigencias de este movimiento social que lideran los estudiantes y que la Iglesia Católica acompaña de manera decidida, al igual que la patronal que gozó durante 11 años de inmensos beneficios. Sin embargo, los empresarios han decidido tomar distancia del Gobierno. El principal anhelo de esta nueva y heterogénea fuerza surgida en las calles fueron resumidos en el editorial de La Prensa de ayer domingo: «Ortega y (Rosario) Murillo tienen que dejar el poder». Semanas atrás, el malestar con el Gobierno era extendido pero subterráneo. El rechazo a la reforma de la seguridad social activó energías que sorprendieron al mismo Ortega y a la oposición tradicional. «Estamos presenciando un giro dramático, inesperado, de naturaleza generacional y política», señaló el analista Álvaro Taboada Terán, tras la última marcha en Managua.

La jerarquía católica se fijó un mes de plazo para que fructifique el diálogo entre Daniel Ortega y sus interlocutores. La Iglesia ha sido invitada como mediadora en este proceso de negociación.

Por lo pronto, los dirigentes universitarios adelantaron que se sentarán en la mesa de negociaciones «bajo protesta». De antemano, los colectivos de estudiantes plantearon que el Gobierno desmantele los grupos de choque y una investigación de los trágicos hechos de violencia de la que participe la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Naciones Unidas (ONU). Si no se aceptan sus reclamos, continuarán con la protesta en las calles.