En dos semanas, medios navales y aéreos de la OTAN, entre ellos aviones españoles, empezarán a dar apoyo logístico y en tareas de información en el Mediterráneo central a la operación Sofía, la misión de la Unión Europea (UE) de lucha contra el tráfico de personas. Lo ha anunciado el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, al término de la reunión de ministros de Defensa de la organización, celebrada este miércoles y este jueves en Bruselas. Un encuentro que debía reflejar los avances en la puesta en marcha de los acuerdos de la cumbre de Varsoviadel pasado julio, aunque la tensión con Rusia, los reproches a Moscú y la escala frustrada de buques rusos en Ceuta casi eclipsaron todo lo demás.

La operación de seguridad marítima Guardián del Mar en el Mediterráneo reemplaza a la Active Endeavour -lanzada en el 2001 tras los atentados del 11-S y centrada en la vigilancia antiterrorista- y amplía su alcance, entre otros objetivos, a la lucha contra las mafias de la inmigración, especialmente en Libia. España, Italia, Grecia y Turquía aportarán los medios aéreos, y estos dos últimos países, los navales, precisó Stoltenberg. Queda por definir, entre otros aspectos, cuál será la implicación de la misión en el control de los embargos de armas.

COMPLEMENTARIEDAD

Un ejemplo de la "complementariedad" en la que deberá basarse la cooperación y la estrategia de defensa europea conjunta entre la OTAN y la UE --aún lejos de concretarse--, que centró la sesión de este jueves. En ella participó la alta representante de los Veintiocho para asuntos exteriores, Federica Mogherini, quien aprovechó para anunciar la puesta en marcha efectiva de una misión de formación de los guardacostas libios en la lucha contra el tráfico de personas.

Asimismo, a lo largo de los dos días de reunión se ha dado cuenta de la entrada en servicio días atrás de un avión de reconocimiento AWACSen Irak, en apoyo de la coalición que lucha contra el Estado Islámico, y del traslado a partir del próximo enero a territorio iraquí de la misión de formación de las fuerzas armadas y de seguridad del país árabe que actualmente se desarrollan en Jordania.

COMO EN LOS VIEJOS TIEMPOS

Pero la estrella de la reunión fue, sin duda alguna, Rusia, como en los viejos tiempos. Se analizaron sus últimos movimientos, su "actitud cada vez más agresiva", desde Siria a Ucrania, y en especial el "aumento de su actividad militar cerca de las fronteras" de la Alianza, y se avanzó en la concreción de medidas en su área de influencia, como el despliegue de cuatro batallones en Polonia y los tres países bálticos, que debe completarse a inicios del año próximo, y el de una brigada en el mar Negro, algo menos desarrollado. Un despliegue multinacional que, en palabras de Stoltenberg, "debe dar un mensaje inequívoco: la OTAN está unida. Un ataque a cualquier aliado será considerado un ataque a todos".

Stoltenberg ha hecho reiterados llamamientos a Moscú a "hacer esfuerzos reales para el cese de las hostilidades y el acceso de ayuda humanitaria" en Alepo, y recordó que en los últimos años Rusia "ha triplicado su presupuesto militar" y "ha demostrado, en Georgia y Ucrania, que está dispuesta a utilizar la fuerza contra sus vecinos", Con todo, tras cada alusión del secretario general al belicismo de Moscú venía un mensaje en pro de la buena vecindad. Stoltenberg ha dicho no ver "contradicción entre una respuesta defensiva y proporcionada y trabajar por el diálogo: Así, anunció su voluntad de convocar "en breve" de nuevo al Consejo OTAN-Rusia.