Se desmorona uno de los argumentos con que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tratado de minar la credibilidad del analista de inteligencia que presentó la queja por sus presiones a Ucrania por interés político personal que ha puesto en marcha el proceso de impeachment en su contra. Mark Zaid, abogado que representa al primer confidente, al que Trump lleva casi dos semanas denostando por usar información incorrecta, de segunda mano y de oídas, ha confirmado este domingo en la cadena ABC que representa a otro miembro de la comunidad de inteligencia que tiene información directa de parte de los manejos del mandatario. Ese segundo whistleblower, según el letrado, ya ha hablado con el inspector general de la comunidad de inteligencia, Michael Atkinson, el mismo que recibió la primera queja y la consideró "urgente" y creíble".

Aunque de momento se desconocen detalles de qué parte de la actuación de Trump presenció directamente el segundo analista, la noticia representa un mazazo para el presidente. Trump también ha estado los últimos días tratando de desvirtuar la primera queja después de que se supiera que el confidente habló antes de presentarla con un empleado del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, uno de los que está dirigiendo la investigación del impeachment. El segundo confidente, según ha dicho su abogado a ABC, no ha hablado aún con ese comité que preside el demócrata Adam Schiff, una de las dianas de las más duras críticas e insultos del presidente, que le ha acusado de "traición".

Zaid tampoco ha confirmado si este segundo analista es al que hizo mención el viernes un artículo de 'The New York Times', una pieza que con dos fuentes anónimas aseguraba que había una segunda persona dispuesta a denunciar al presidente ante Atkinson y a testificar ante el Congreso. El propio Atkinson se reunió el viernes a puerta cerrada con los miembros del Comité de Inteligencia y testificó durante más de seis horas. Según informaciones de prensa, se negó a dar los nombres de los cargos de la Administración que había interrogado tras recibir la primera queja, cuya publicación inicialmente fue frenada por el Director Nacional de Inteligencia en funciones, Joseph Maguire, tras consultar con la Casa Blanca y el Departamento de Justicia. Tanto Atkinson como Maguire fueron nombrados por Trump.

Finalmente la queja se hizo pública una vez abierta la investigación del 'impeachment'. En el documento de siete páginas (y otras dos de anexos) el analista que hizo saltar las alarmas sobre el comportamiento de Trump en la llamada que mantuvo el 25 de julio con Volodímir Zelenski aseguró que había obtenido información de más de seis cargos de la Administración. Con lo que le contaron no solo acusó al presidente de abuso de poder sino que también denunció los esfuerzos de la Casa Blanca por ocultar la llamada. El confidente aseguraba que se usó la ayuda a Ucrania como moneda de cambio para buscar información potencialmente dañina sobre el exvicepresidente y candidato demócrata Joe Biden. Asimismo, denunciaba que el abogado personal de Trump, Rudolph Giuliani, era una figura central en estos esfuerzos y sugería que el fiscal general, William Barr, parece estar también implicado.