China ha subrayado su apoyo al Gobierno y la Policía de Hong Kong, exigido el inmediato castigo para los jóvenes radicales por los «horrorosos incidentes», apuntado a la complicidad de las fuerzas extranjeras y alertado de las consecuencias de la confrontación social en la salud económica de la isla. La novedad no está en el mensaje sino en el emisor: llegó en una rueda de prensa de la oficina del Consejo de Estado en la excolonia, la primera que se recuerda desde el fin de la época colonial. El acto, que rompe con la tradicional sordina del Gobierno central en Hong Kong, llega cuando las protestas han entrado ya en el tercer mes y sin solución a la vista.

«Ninguna sociedad civilizada o bajo el imperio de la ley tolerará esta violencia rampante», ha señalado Yang Guang, portavoz de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao. «Lo más urgente es que se castigue los crímenes violentos con acuerdo a la ley, se restablezca la estabilidad social tan pronto sea posible y se proteja el sistema legal», añadió. Yang también apoyó a los elementos más odiados entre los jóvenes autodenominados prodemocráticos: la jefa ejecutiva, Carrie Lam, y la policía. La primera ha intentado dimitir pero Pekín se lo ha impedido y la segunda sufre una ola de descrédito por sus presunta contundencia para sofocar las protestas. Y a ambos se les ha relacionado con las decenas de facinerosos prochinos que la semana pasada golpearon a jóvenes. Yang ha calificado esos «rumores» de «infundados e insultantes».

SIN FILTROS / No es habitual que un oficial chino se enfrente a la prensa sin las preguntas afeitadas. Yang respondió a todos los asuntos peliagudos, incluido el de la posible intervención del Ejército en la excolonia. China cuenta con un destacamento en el territorio sin funciones en cuestiones locales pero un funcionario del Ministerio de Defensa recordó la semana pasada que la ley ampara su intervención si el gobierno la solicita para «mantener el orden social».