Cuando aún paga las consecuencias de uno de los terremotos más devastadores, la malograda Haití hace frente al que los expertos consideran el peor huracán de la década en el océano Atlántico. El huracán Matthew, de categoría cuatro y con vientos que alcanzan los 230 kilómetros por hora, ha tocado tierra el martes en el oeste de Haití y se dirige hacia Cuba y Jamaica. Los estados de Florida, Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur, en Estados Unidos, no quitan ojo a la evolución del ciclón al que esperan, ya más domesticado, de cara al fin de semana.

En Haití, especialmente vulnerable a las catástrofes naturales tanto por su ubicación geográfica como por la debilidad de sus infraestructuras, la alerta es máxima. Tres personas han perdido la vida mientras las autoridades hacen un esfuerzo para convencer a sus ciudadanos, curtidos en casi todo, que, en esta ocasión, lo recomendable no es permanecer en casa sino salir de ella y desplazarse a lugares seguros.

El Gobierno haitiano ha construído 1.300 tiendas de emergencia en emplazamientos seguros con capacidad para acoger a 340.000 personas. Muchos no quieren abandonar la vivienda que con tanto esfuerzo han logrado, aunque ésta se encuentre en una zona susceptible de inundaciones. Además, no quieren dejar sus pertenencias a merced de los vándalos. Tampoco hay que pasar por alto que más de 55.000 personas continúan viviendo en tiendas tras perder sus casas en el terremoto del 2010, que dejó la friolera de 300.000 víctimas mortales. Pese a todo, más de 10.000 personas ya han sido evacuadas. En este contexto, las autoridades se esfuerzan en transmitir que la amenaza es seria. Los dos aeropuertos del país, así como las escuelas, permanecen cerrados.

La República Dominicana también contabiliza ya cuatro muertos -tres menores y un adulto- en la capital, Santo Domingo, por derrumbes provocados por las intensas lluvias .Más de 18.000 personas han sido evacuadas y, mayoritariamente, reubicadas en casas de familiares y amigos. Dos centenares de casas están destruidas y 31 localidades. Jamaica, aunque en menor medida, también ha empezado a notar los efectos de la aproximación del ciclón y varias carreteras en la capital,Kingston, ya han sufrido cortes.

CUBA SE BLINDA

Las previsiones apuntan a que el ciclón entrará en Cuba el martes por la tarde por la zona oriental, en la provincia de Guantánamo. Más de 70.000 personas han sido evacuadas, entre ellas 700 familiares, en su mayoría mujeres y niños, de los militares estadounidenses destinados en la base cubana. Además de Guantánamo, las provincias de Santiago, Holguín, Granma y Camagüey también han tomado medidas y, en toda la isla, los evacuados superan los 400.000. Miles de cabezas de ganado han sido puestas a buen recaudo y las estructuras más altas han sido parcialmente desmanteladas para evitar ser derribadas por los fuertes vientos. Los vuelos, trenes y el transporte de pasajeros por tierra desde La Habana y otros puntos del país hacia oriente han sido suspendidos hasta que pase el huracán. Tampoco el turismo ha quedado exento de las precauciones. Un total de 1.200 turistas de la zona oriental que han sido trasladados a hoteles del norte de la isla.

RIESGO DE CÓLERA

Una de las principales preocupaciones de las autoridades haitianas es el peligro de un brote de cólera. "Es la peor tormenta a la que se enfrenta Haití después de varias décadas y los daños serán, sin lugar a dudas, bastantes significativos", asegura Marc Vincent, representante de Unicef en Haití, que ha cifrado en cuatro millones el número de niños en peligro en esta crisis. Las dificultades al acceso al agua potable en plena crisis es una de las principales preocupaciones de las autoridades sanitarias.