La Armada de Estados Unidos se ha visto obligada a disculparse por la acción de uno de sus pilotos, que utilizó el aire blanco condensado generado por la propulsión de los motores de su aeronave para dibujar un descomunal pene en los despejados cielos del estado de Washington. El Ejército ha abierto una investigación y ha anunciado que el responsable "asumirá las consecuencias de sus acciones".

"Las acciones de este miembro de la tripulación fueron completamente inaceptables y contrarias a la ética y a los valores de la Armada", señaló la Marina en un comunicado en el que pide "disculpas" por un suceso "inaceptable, irresponsable e imaduro". En el comunicado, se alude al dibujo como "una imagen que podría resultar obscena a los observadores".

El avión implicado en el incidente es un E/A-18 Growler, una nave con capacidad para dos pilotos. Estos dos soldados han sido destinados a tierra mientras se lleva a cabo una investigación de los hechos. "El responsable asumirá las consecuencias de sus acciones", subraya el comunicado de la Armada.

Maniobras rutinarias

La acción tuvo lugar este jueves durante unas maniobras rutinarias en las proximidades de la base aérea de la Armada que se encuentra en la isla de Whidbey, junto a la costa noroeste del país. La iniciativa del piloto no pasó desapercibida entre los vecinos de la zona, que no podían dar crédito al ver la blanca silueta de unos genitales masculinos sobre el lienzo azul del cielo. Numerosas personas tomaron fotos y las publicaron en las redes sociales junto con mensajes que oscilaban entre la crítica y la jocosidad.

"La escritura fálica divierte a los residentes de la Isla de Whidbey, pero no a la Armada", escribió en su cuenta de Twitter el usuario @WylandStripes.

Algunos ciudadanos, incluso, llegaron a ponerse en contacto con las autoridades aéreas de la zona para denunciar los hechos, según relató la cadena local KREM2. En una entrevista concedida a dicha emisora, un portavoz de la Administración Federal de Aviación (FAA) apuntó que las autoridades no podían hacer nada al respecto, puesto que no están autorizadas a "vigilar la moralidad" y que la acción no había violado ninguna norma de seguridad.