La caída del Muro de Berlín parecía auspiciar un futuro menos polarizado para la humanidad, pero 30 años después, la realidad demuestra lo errados que eran aquellos presagios. De los 11 casos de muros fronterizos de 1989 se ha pasado a una setentena 30 años después. Estos son los casos más paradigmáticos.

ESPAÑA Y MARRUECOS

El portazo estéril

de Ceuta y Melilla

El incremento del flujo migratorio en uno de los principales accesos a Europa elevó el celo en la seguridad hasta el sofisticado entramado de una triple valla pertrechada con concertinas, zanjas, garitas de seguridad y cámaras que dispuso el Ejecutivo español. A ese dispositivo en los 8 km de la valla de Ceuta y los 12 de la de Melilla hay que añadirle un doble alambrado en la parte alauí, que ha puesto concertinas allá donde España decidió retirarlas, este 2019. Pero el dispositivo no resulta tan disuasorio como se pretende: en los 8 primeros meses del año, más de 2.500 inmigrantes lograron franquear el perímetro de seguridad.

ISRAEL Y EL MUNDO ÁRABE

La obsesión

del país más blindado

De todos los muros del país más blindado del mundo destaca el de Israel en Cisjordania, donde las vallas y el cemento trazan un recorrido de 700 km impulsado el 2002, en la segunda Intifada. En Gaza, la construcción del muro de 60 km completa la estrategia de aislar a los palestinos. Israel se fortifica también ante el Líbano, en prevención de las acciones de la milicia chií de Hizbulá, así como en parte de los Altos del Golán, en perenne disputa con los árabes. Al sur, en Egipto, 245 km de alambre se alzaron primero contra la migración y después para atajar atentados de Estado Islámico. Ni la inofensiva Jordania escapa al celo israelí, como atestigua un alambre de púas de 30 km.

EEUU Y MÉXICO

Megalomanía contra ‘espaldas mojadas’’

La construcción de un muro con México fue una de las promesas que catapultaron a Donald Trump al poder y es una de sus bazas esgrimidas para lograr la reelección. Pero la realidad refleja que en su mandato apenas se han edificado un centenar de metros de los casi 1.050 km de alambradas, rejas electrónicas y cámaras infrarrojas contra la inmigración que comenzó a fraguarse en 1994, bajo el mandato de Bill Clinton. Aún le queda una tercera parte de la extensión por cubrir. Y conseguir su cacareada promesa de que sea el propio México quien asuma el coste del faraónico proyecto.

PENÍNSULA COREaNA

La frontera de

la Guerra Fría

Nadie sospecharía que es una de las frontreras con más fricciones geopolíticas al comprobar el nutrido santuario de animales al borde de la extinción en los 238 km de la Zona Desmilitarizada entre Corea del Norte y del Sur. Una nomenclatura acuñada en el armisticio de 1953 y que resulta de lo más falaz desde la Guerra Fría, cuando el espacio se ha ido convirtiendo en un fortín de vallas electrificadas y minas al acecho de cualquier intruso.

EIRE E IRLANDA DEL NORTE

Diques contra la discordia religiosa

El Acuerdo del Viernes Santo, en 1998, zanjaba el conflicto armado entre el republicanismo católico y el protestantismo unionista. Se finiquitaban los troubles sobre el asfalto, pero no se superaba la polarización ideológica que aún flota en el país. Se evidencia especialmente en los barrios más humildes de Belfast, donde, junto a murales alegóricos del conflicto se alza un centenar de Muros de la paz, diques para evitar que la chispa penda ante las desavenencias ideológicas entre ambos bandos.

INDIA Y PAKISTÁN

Dos potencias

nucleares en pugna

Tres guerras han enfrentado a estas dos potencias nucleares en siete décadas de pugna por la región de Cachemira, desde la independencia india, en 1947, cuando Gran Bretaña abandona su colonia y la divide en dos países, según criterios religiosos: Uno, de mayoría hinduista, que conserva la denominación, y Pakistán, Estado de nuevo cuño y de confesión musulmana. El equilibrio saltó por los aires por el control de esta zona montañosa, a la que la ley de independencia concedía libertad de elección. El maharajá de Cachemira se decantó por la India, pese a que la población era y es mayoritariamente musulmana, desatando el inicio de los choques militares por este enclave estratégico.

MARRUECOS y el sáhara

Muro récord por la espantada española

El muro más extenso del planeta se despliega a lo largo de 2.700 kilómetros en el Sahara Occidental, en un territorio abandonado en 1976 por España. La potencia dejó pendiente de descolonizar ese enclave e incumplió su palabra de convocar un referéndum de autodeterminación. Desde ese momento se desencadena un enfrentamiento entre Marruecos y la comunidad saharaui que perdura hasta nuestros días. La renuncia el pasado mayo del último enviado especial de la ONU evidencia la dificultad de la empresa y vuelve a dejar en el limbo las negociaciones entre Rabat y el Frente Polisario. El territorio cuenta con el dudoso privilegio de albergar más minas antipersona de todo el mundo.

FRANCIA Y REINO UNIDO

Londres externaliza

su control fronterizo

Desde hace cuatro años, la frontera sureste del Reino Unido no se localiza en Dover, sino en Calais. En la localidad francesa se ha alzado un muro resbaladizo de cuatro metros de altura que se extiende a lo largo de un kilómetro por valor de 2,7 millones que sufragó Londres para reducir el ceciente tránsito migratorio. Una logística disuasoria que no evita que Calais siga siendo un punto caliente de los inmigrantes irregulares, que aguardan su oportunidad para encaramarse a un remolque que los embarque rumbo a Inglaterra. Varios miles de personas se alojaron en tiendas de campaña en la conocida como Jungla de Calais.