La polémica provocada por las imágenes de un grupo de militantes ecologistas evacuados a golpe de gas lacrimógeno ha obligado al ministro francés del Interior, Christophe Castaner, a pedir explicaciones al prefecto sobre la violenta intervención de los antidisturbios realizada el pasado viernes en París.

En un vídeo de dos minutos colgado en Twitter por el periodista independiente Clément Lanot, quien denuncia que a otros colegas no se les permitió grabar la escena, se ve a numerosas personas sentadas en el suelo ocupando pacíficamente el puente de Sully, uno de los puentes sobre el Sena.

Como bloqueaban el tráfico, los antidisturbios de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS) les pidieron levantarse, pero los activistas se negaron, se agarraron unos a otros y gritaron "no violentos, no violentos", algunos con los brazos levantados.

Luego la situación degenera y los policías intentan desalojarles a la fuerza, arrastrándoles por el suelo antes de echar mano de los aerosoles y rociarles varias veces con gases lacrimógenos a apenas un metro de la cara. Al final, tras unos cuarenta y cinco minutos de forcejeo, se culmina la evacuación y se restablece el tráfico.

NO AUTORIZADA

Bautizado Rebelión en el puente, la concentración, no autorizada, había sido convocada por Extinction Rebellion un movimiento ecologista nacido en Reino Unido a finales del 2018 que promueve la resistencia pacífica y la desobediencia civil para defender sus reivindicaciones. Entre ellas, que los obiernos reconozcan la gravedad climática, que se cree una asamblea ciudadana para poner en marcha una transición ecológica y que la huella de carbono sea cero de aquí al 2025.

La brutalidad del desalojo ha sorprendido a militantes, políticos y personalidades del mundo de la cultura que se preguntan si era realmente necesario recurrir a la fuerza en este tipo de situación.

La actriz Marion Cotillard, muy comprometida con los temas medio ambientales, ha criticado al Gobierno y ha calificado de "insoportables" las imágenes. "Activistas franceses y estudiantes en huelga rociados con gas lacrimógeno cuando protestan pacíficamente en París contra una situación climática desastrosa y demasiado ignorada", ha lamentado en su cuenta de Instagram.

El Gobierno ha tardado en reaccionar y en un primer momento el titular de Ecología, François de Rugy, quiso quitarle importancia al asunto llegando a justificar la acción policial porque, dijo, se trataba de militantes "muy radicales". Sin embargo, empujado por la polémica, al responsable de Interior no le ha quedado más remedio que anunciar una investigación sobre los métodos del dispositivo policial.

El prefecto Didier Lallement, nombrado hace solo unos meses para reprimir las manifestaciones de los chalecos amarillos, tendrá que presentar un informe al ministro, igual que la inspección técnica de los antidisturbios.

Hasta ahora, la única voz gubernamental crítica con la actuación de las fuerzas del orden ha sido la portavoz del Ejecutivo, Sibeth Ndiaye. Creo que los militantes en cuestión participaban en una concentración no declarada ni autorizada. Pero eso no justifica que se les gasee en plena cara y tan cerca, evidentemente, ha señalado en la cadena LCI.