Agentes de la policía rusa detuvieron ayer a cerca de 700 personas en el transcurso de una nueva protesta opositora celebrada en el centro de Moscú, según informaron grupos independientes. La manifestación no había sido aprobada por las autoridades, quienes desde la última semana han incrementado la represión contra los grupos opositores que reclaman elecciones libres.

Justo antes de empezar la protesta, fue detenida la destacada opositora Lyubov Sobol, jurista del Fondo de Lucha contra la Corrupción, que se encuentra en huelga de hambre desde hace tres semanas como respuesta a la decisión de las autoridades electorales de negarle la inscripción de su candidatura para las elecciones a la asamblea legislativa de Moscú que se celebra el próximo 9 de septiembre. Sobol no es la única vetada, hay decenas de candidatos más.

ACTIVISTAS / Sobol, de 31 años, se dirigía en un taxi al centro de la capital rusa. El vehículo fue interceptado por los agentes y la activista fue conducida a una furgoneta de la policía. «Las autoridades hacen todo lo que pueden para intentar intimidar a la oposición, para asegurar que la gente no salga a la calle a protestar pacíficamente», dijo indignada la abogada antes de su detención.

En cambio, Varvara, de 22 años, sí que pudo estar en la protesta de ayer con la esperanza de que la presión de la calle logre introducir cambios políticos en el país. «Estoy aquí porque quiero que hayan grandes cambios. Lo que tenemos actualmente es una atmósfera de control total», explicó ante los medios de comunicación.

También antes de la protesta el principal activista contra el Kremlin, Alexei Navalny, fue condenado a treinta días de prisión por violar las leyes. A Navalny se le acusa de organizar protestas no autorizadas contra el gobierno de Putin. La manifestación que se celebró el pasado sábado en Moscú fue disuelta por la policía y acabó con 1.400 personas detenidas.

Asimismo, Navalny fue hospitalizado la semana pasada por una «grave reacción alérgica» pero él denunció que se trataba de un «envenenamiento». Ayer, la justicia rusa anunció que abriría una investigación por «blanqueo» de dinero contra la organización que dirige el propio Navalny, que se dedica a seguir la pista de casos de corrupción entre las élites del Gobierno ruso.

El movimiento de protesta iniciado a mediados del pasado mes de julio es el más importante que afronta el gobierno del presidente Vladímir Putin desde su retorno al Kremlin en el año 2012.