La disputa política vuelve a encontrar a los bolivianos frente al fantasma de la resolución violenta. Esa posibilidad se acrecentó ayer cuando un sector de la policía decidió respaldar al dirigente ultraconservador de la región de Santa Cruz, Luis Camacho, en su cruzada para forzar la dimisión del presidente Evo Morales. Los motines de los uniformados empezaron en la región cruceña, la más próspera del país andino, y se extendieron hacia Cochabamba, Sucre (capital constitucional del Estado) y otros departamentos. El Gobierno advirtió a la comunidad internacional de que está en marcha un golpe de Estado. «La democracia está en riesgo», dijo Morales, y llamó a sus adversarios a «preservar la paz y la vida» en un intento por calmar la situación por la que atraviesa su país.

Los policías se sumaron a las protestas que la oposición más dura lidera en las regiones decididamente lanzadas a llevar adelante los cambios políticos en las calles. Ya no impugnan los resultados electorales que dieron la victoria al presidente en la primera vuelta y que son auditados por la Organización de Estados Americanos. Ahora ya solo buscan, simple y llanamente, su dimisión.

Camacho, quien encabeza esa demanda, ha dejado en un lugar irrelevante a Carlos Mesa, el rival electoral de Morales en octubre. El empresario ha prometido el regreso de Dios y la Biblia a la sede del Ejecutivo boliviano. En su camino estrecha además la alianza con exaliados del Gobierno, lo que pone contra las cuerdas, más si cabe, al presidente Evo Morales.

EL RECUERDO DEL 2003 / El ministro de Defensa, Javier Zavaleta, dijo que las Fuerzas Armadas del país no disolverán las protestas policiales. Morales no quiere repetir lo del 2003, cuando una huelga policial terminó con nueve agentes y cuatro militares muertos. El episodio aceleró la caída del presidente Gonzalo Sánchez de Losada. Su vicepresidente era Mesa. Su gestión interina concluyó en el 2005 en medio de un país otra vez paralizado entre otros por Morales, a quien ahora el opositor Luis Camacho quiere desplazar.