El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, ha anunciado el inicio de una "gran operación de ataques masivos contra el Estado Islámico y del Frente de Conquista del Levante (antiguo Al Nusra) en las provincias sirias de Homs e Idleb". En el ataque participa el portaviones 'Almirante Kuznetsov', el mismo al que se le impidió repostar en Ceuta después de que lo solicitara. La embajada de Rusia en España retiró finalmente la petición, después de que arreciara la polémica en Bruselas y de que Madrid pidiera explicaciones a Moscú.

Por primera vez en la historia, el único portaviones de la Armada rusa ha entrado en acción de combate, ha informado Shoigu al presidente ruso, Vladímir Putin, en una reunión celebrada en la ciudad rusa de Sochi, a orillas del mar Negro.

"Hoy han empezado a despegar desde ese crucero nuestros aviones Su-33. Entre sus principales objetivos están los arsenales y los centros de entrenamiento de los grupos armados ilegales, o mejor dicho terroristas", ha dicho el ministro.

Otro buque ruso desplegado en aguas sirias del Mediterráneo, la fragata 'Almirante Grigoróvich', atacó con misiles de crucero 'Kalibr' objetivos terroristas en el país árabe. La aviación rusa desplegada en Siria, según el ministro, ataca "fábricas que producen diversas sustancias para la aniquilación masiva de la población".

Medios árabes han informado el martes de que zonas residenciales de la castigada ciudad de Alepo fueron bombardeadas hoy por aviones y helicópteros militares, sin precisar su pertenencia. Sin embargo, según Moscú, desde mediados del pasado mes de octubre la aviación rusa no realiza misiones que tengan como objetivo la ciudad de Alepo, a fin de facilitar la evacuación de civiles y la entrega de ayuda humanitaria.

El Kremlin ha negado supuestos planes de ofensiva contra la urbe siria divulgados por la prensa occidental, pero ha matizado que, si los yihadistas lanzaran una contraofensiva, Rusia podría cambiar de opinión y renunciar a prolongar la pausa humanitaria.