El Gobierno de Portugal acordó ayer decretar el estado de calamidad a partir de medianoche para tratar de revertir la «evolución grave» de la pandemia, lo que implicará la entrada en vigor de nuevas restricciones, entre ellas rebajar de 10 a cinco el número máximo de personas que pueden reunirse. También se acordó restringir a un máximo de 50 los invitados en bodas y bautizos.