Desde el pasado lunes, miles de soldados del Ejército iraquí y peshmergas kurdos han lanzado una ofensiva para conquistar Mosul, la segunda ciudad de Irak que está en manos de los yihadistas del Estado Islámico desde el verano del 2014. Aunque el desequilibrio de fuerzas es aplastante a favor de los asaltantes, la batalla encierra numerosas incógnitas y peligros, sobre todo, humanitarios.

¿De qué fuerzas dispone el EI en Mosul?

Como todo lo relacionado con este pseudoestado yihadista, la información es confusa. No obstante, las fuentes de inteligencia creen que la ciudad está defendida al menos por 4.500 yihadistas, una cifra que puede llegar a los 8.000, según los cálculos más optimistas. Por lo visto estos primeros dos días, la estrategia de defensa parece ser dejar pequeños grupos en las localidades de los alrededores de la ciudad para ralentizar al máximo el avance de los atacantes. Por el momento, no están empleando armamento pesado, si no que su punta de lanza están siendo los terroristas suicidas, las cortinas de humo y las redes de túneles.

¿Será un asedio largo?

Los responsables militares iraquís, así como sus aliados estadounidenses, insisten en que la batalla de Mosul no se va a tratar de un Blitzkrieg, una guerra relámpago. Según ellos, el cálculo más optimista es que puede durar dos meses. No obstante, parece más una especulación para curarse en salud y evitar que un lento avance desmoralice a las tropas y a la opinión pública.

Otros, no obstante, señalan que es posible que la toma de la ciudad sea rápida. Expertos en Oiente Medio, como el periodista británico Robert Fisk, señalan la posibilidad de que el Estado Islámico, consciente de que no tiene opciones de victoria, entregue la ciudad tras huir masivamente hacia Siria. Es lo que sucedió, por ejemplo, en Palmira, reconquistada sin demasiada dificultad por el Ejército sirio con apoyo ruso. Por lo visto hasta ahora, el EI -en caso de que disponga de él- no ha utilizado armamento pesado en estos primeros días de ofensiva. Los vehículos de combate que se han visto en su poder son coches reconvertidos artesanalmente en blindados añadiéndoles planchas metálicas.

Con francotiradores, bombas trampa y terroristas suicidas se puede hacer una guerra de guerrillas o ralentizar un avance, pero no frenar un asalto de tal envergadura. Además, la táctica de crear cortinas de humo con neumáticos y zanjas de gasolina ardiendo.

¿Está el líder del Estado Islámico en la ciudad?

La agencia Reuters informó, citando fuentes de inteligencia, que Abú Baker al Baghdadi, el líder del Estado Islámico está en Mosul. Pocas más informaciones hay sobre el paradero del que se autoproclamó califa Ibrahim y que, meses atrás, resultó gravemente herido en un bombardeo en Irak. De ser cierta esa información y si Al Baghdadi decide permanecer en Mosul, sí cabría esperar una feroz resistencia de los yihadistas.

¿A dónde irán los yihadistas y sus familias?

En Mosul puede haber más de 10.000 personas vinculadas al Estado Islámico, si se tiene en cuenta muchos de los combatientes están ahí acompañados de sus familias. Está por ver si, como sucedió en la toma de Faluya, las tropas iraquís permiten, mediante un corredor, la salida de los yihadistas a cambio de que rindan la ciudad. O si por el contrario se busca matar o apresar a la mayoría de combatientes.

Lo más probable es que, una vez que sus vías de comunicación con Turquía han sido cortadas, los yihadistas y sus familias que logren huir se desplacen al único lugar al que aún pueden llegar: los territorios que el Estado Islámico controla en Siria. El principal destino será la ciudad de Raqqa, la capital de facto del califato, así como Deir Ezzor. Ahí, el Estado Islámico está preparando ya infraestructura para acoger a miles de personas. De hecho, la semana pasada, activistas en Raqqa informaron de la llegada de decenas de autobuses con yihadistas procedentes de Mosul.

¿Qué impacto tendrá en Siria?

La caída de Mosul tendrá un efecto rebote en Siria ya que, sin esa ciudad, el Estado Islámico ya no tendrá apenas territorios bajo su control en Irak. Por tanto, sus dominios quedarán reducidos a territorio sirio. Además, si se les deja salir, ahí irán los combatientes yihadistas, lo que complicará las cosas para las fuerzas del régimen y sus aliados rusos. De hecho, las autoridades rusas pidieron este miércoles que no se permita la huída a Siria de yihadistas.

¿Se usarán armas químicas?

Es posible. Lo han alertado responsables del Gobierno de EEUU. De hecho, a principios de agosto, los yihadistas ya atacaron posiciones enemigas con proyectiles con gas mostaza. Otra cosa es que dispongan de la capacidad técnica para poder realizar un ataque de consecuencias masivas. Lo que parece poco probable.

¿Aumentará la amenaza terrorista?

El comisario europeo de Seguridad, Julian King, alertó de que una caída de Mosul podía llevar a que grupos de yihadistas que hubieran tenido que huir de la ciudad se desplazaran a Europa. Otro riesgo posible es que, para compensar el enorme revés simbólico que le supondría con la pérdida de esa ciudad, el EI multiplique los intentos de realizar un gran ataque terrorista en Occidente. En cualquier caso, el hundimiento del pseudoestadio yihadista que habían levantado, hunde también las capacidades logísticas de cometer grandes atentados y el riesgo se reduciría en buena medida a acciones de lobos solitarios.