La decisión de la presidenta interina Jeanine Áñez de pedir a los bolivianos sumarle al combate contra el coronavirus, que ha provocado hasta el momento 53 muertes y 1.014 casos positivos, el «ayuno y oración en familia», provocó una fuerte polémica en el país sudamericano. Hermana de un pastor evangélico y recurrente glosadora de la Biblia, la senadora que llegó al poder tras la conjura contra Evo Morales le había recordado a la población que con la cuarentena vigente desde hace semanas no alcanzaba para enfrentar la crisis sanitaria. «Ayunemos y oremos, que estaremos a salvo (…) para Dios nada es imposible y estando con Él vamos a vencer esta pandemia». La Iglesia Católica se sumó a la iniciativa.

El expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé consideró que «es útil recordar que tenemos un Estado laico con libertad confesional» e independiente «de la religión».