El autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, dio ayer por iniciada la operación para que la ayuda humanitaria entre en el país tras la llegada del primer convoy a la ciudad colombiana de Cúcuta, en la frontera entre ambos estados. Una ayuda, sin embargo, que por ahora se encuentra bloqueada en el paso fronterizo por orden del Gobierno de Nicolás Maduro. «El de ayer fue un día histórico. Recibimos el primer cargamento de ayuda humanitaria en el centro de acopio de Cúcuta», dijo el líder opositor en un vídeo difundido por Twitter. Camiones cargados con ayuda humanitaria enviada por Estados Unidos llegaron el jueves a la ciudad fronteriza, donde se almacenará.

«Esto es solo el principio, es la primera parte de la ayuda, pero vendrán muchos centros de acopio. Hemos hablado de algunos puntos adicionales en Colombia y Brasil», agregó Guaidó, que ante el bloqueo ordenado por Maduro ha apelado a la conciencia de las Fuerzas Armadas venezolanas, responsables de controlar los pasos de frontera. «Sabemos que ustedes y sus familias también son víctimas de esta emergencia. Está en sus manos permitir que sus familias reciban la ayuda que necesitan», sentenció Guaidó dirigiéndose a los militares.

El autoproclamado presidente destacó que se creará un «corredor humanitario» de modo que haya «un flujo permanente de ayuda», y prometió que los alimentos y medicamentos, básicamente, se repartirán «sin distinción, sin ningún tipo de discriminación política».

«¡Qué no se atreva el usurpador a robar la comida y las medicinas de la misma manera que se ha robado los sueños y las oportunidades del pueblo de Venezuela!», clamó Guaidó.

El líder opositor reiteró su agradecimiento a la comunidad internacional que le ha reconocido, haciendo una mención especial a Colombia y Estados Unidos, porque «hoy la ayuda humanitaria es una realidad gracias al apoyo de las democracias del mundo», e instó a los venezolanos a prepararse para el reparto. «Sigamos sumando esfuerzos», reclamó el dirigente.

Por su parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, insistió ayer en que la solución a la crisis de Venezuela pasará por el diálogo de las partes tras la reunión celebrada el jueves en Montevideo (Uruguay) entre representantes de varios países de la Unión Europea (UE), entre ellos España, y de América Latina para tratar el conflicto.

«Hay una polarización sobre este tema y hay muchos argumentos. Y nosotros lo que queremos es el diálogo», afirmó López Obrador, quien reiteró los motivos por los que México no se sumó al grupo de contacto internacional sobre Venezuela. «Por mandato constitucional, no podemos apoyar la injerencia política en otros países», reiteró el presidente mexicano, que sin embargo sí apuesta decididamente por una solución dialogada que permita a Venezuela salir del caos actual.

NO INTERVENCIÓN / López Obrador aplaudió la llegada de ayuda humanitaria a Venezuela, aunque instó a no «mezclar» ese tipo de donaciones con «asuntos políticos». «Queremos la paz», y apeló una vez más a la Constitución mexicana y el principio de no intervención. «Es un conjunto de principios que nos obligan a actuar así en el caso de Venezuela. Lo haríamos en cualquier otro caso». Maduro, por su parte, aseguró ayer estar dispuesto a reunirse con enviados del grupo de contacto internacional impulsado por la Unión Europea, que busca crear las condiciones para que se puedan convocar nuevas elecciones «justas» y «libres» en el país caribeño. «Estoy listo y dispuesto a recibir a cualquier enviado del grupo de contacto», aseguró el líder venezolano en una rueda de prensa en el palacio presidencial de Miraflores acerca de ese grupo compuesto por países europeos y latinoamericanos.