El color de la libertad para Khadija Abdu Al-Muotee es, sin duda alguna, el rojo. Khadija, una mujer mayor vestida con un hijab rojo con un vistoso estampado de leopardo y agarrado con unos clips en forma de florones del mismo color, ha jurado que jamás volverá a vestirse de negro.

Tras la reciente liberación de la ciudad de Abu Qalqal del estricto régimen impuesto por el autodenominado Estado Islámico, cientos de mujeres salieron a la calle ataviadas con coloridos vestidos y llamativos pañuelos tras un largo tiempo obligadas a vestir de negro. "Somos libres! Somos libres!", explicaba Khadija sin rastro de una opresión sufrida durante años en su vistoso atuendo a un reportero que la está grabando en vídeo.

Las mujeres, bajo el yugo del Estado Islámico, son obligadas entre muchas otras cosas a vestir con prendas anchas, oscuras y que las cubran por completo bajo amenaza de cárcel o de muerte. Khadija, kurda y residente en esta ciudad del sur de Manbij en la provincia de Alepo, ha jurado tras la liberación de su ciudad que jamás volverá a vestir de negro. "Prometo que a partir de ahora siempre vestiré de rojo", explicaba Khadija sonriente y emocionada tras recuperar su libertad.

ESTRICTO CÓDIGO

Como Khadija miles de mujeres sirias son obligadas a cubrirse completamente con vestidos y prendas negras tras las conquistas de sus ciudades a manos del Estado Islámico. "Nos obligaban a cubrir nuestros rostros con el velo islámico y amenazaban con matarnos", explica la mujer asegurando que el código de vestimenta es tan estricto que ha habido mujeres que han sido asesinadas.

En enero, una joven de 21 años fue torturada hasta la muerte en Manjib por violar las normas de vestimenta a manos de una terrorista conocida como “Oum Farouq” según explicó el medio de comunicación Ara News.