Miles de soldados se han desplegado en el estado de Haryana, al norte de la India, para frenar las protestas de los Jats, la casta más importante en esta parte del país. Esta comunidad minoritaria, tradicionalmente rural, exige al Gobierno un mayor porcentaje en la cuota de acceso a empleos públicos y más plazas universitarias.

Las protestas se han saldado de momento con diez muertos y más de 150 heridos, el cierre de varias empresas y ha afectado severamente el suministro de agua a Nueva Delhi, un ciudad de 20 millones de habitantes.

Durante las protestas en este estado -poblado por 80 milllones de personas, el 29% de los cuales pertenece a la comunidad Jats-, los manifestantes han prendido fuedo a edificios y estaciones de tren, han atacado casas de ministros regionales y han saboteado la planta que trata y suministra agua a Dehli, lo que da cuenta de la violencia de las manifestaciones.

"Estamos aquí para morir. Por ningún motivo vamos a dar marcha atrás en nuestras demandas", ha dicho Rajendra Ahlavat, uno de los dirigentes de la protesta.

CIERRE DE ESCUELAS

El ministro del Interior, Rajnath Singh, ha llamado a los ciudadanos en su cuenta de Twitter a "mantener la paz y el orden" en la región. De momento el Gobierno nacional ha ordenado el cierre de las escuelas este lunes y ha empezado a racionar el agua en las viviendas para asegurar que no falte el abastecimiento en los hospitales y otros servivios de emergencia.

Esta es la segunda revuelta de una casta que sufre la India en los últimos meses. El pasado agosto, la comunidad Patel protagonizó unas manifestaciones similares en el estato occidental de Gujarat para exigir mejoras en sus condiciones de vida.