Las autoridades de Pakistán han ejecutado este lunes a primera hora a Mumtaz Qadri, el guardaespaldas del gobernador de la provincia de Punyab, Salman Tasir, que le disparó en 2011 en la ciudad de Islamabad alegando motivos religiosos.

Según las informaciones facilitadas por el diario local 'Dawn', Qadri ha sido ejecutado en la cárcel de Adiala este lunes a primera hora por el asesinato confeso de Tasir. El guardaespaldas alegó motivos religiosos como causa de su asesinato, y es que Tasir había realizado un llamamiento a reformar la ley contra la blasfemia en el país.

Qadri, que recibió una doble pena de muerte por terrorismo y asesinato, fue admirado y enaltecido por varios grupos terroristas del país. A pesar de su apelación, un tribunal superior ratificó en marzo de 2015 la condena tras desestimar los cargos de terrorismo.

UN PAÍS DIVIDIDO

El difunto gobernador de la provincia de Punyab, Tasir, era uno de los principales críticos de la ley de la blasfemia que imponía la pena de muerte y pretendía aplicar reformas liberales a una ley que en muchos casos es usada para resolver disputas personales, sobre todo en las zonas menos desarrolladas de Pakistán.

El asesinato de Tasir puso en evidencia la lucha entre los sectores más conservadores y más liberales de la sociedad paquistaní. De hecho, Qadri fue recibido con vítores en el juzgado, mientras que el juez que le condenó ha tenido que abandonar el país por amenazas de muerte. Tras las primeras noticias de su ejecución, cientos de pakistaníes han salido a la calle a reivindicar lo que consideran una injusticia.