Las protestas continúan en diferentes ciudades de Irán por tercer día consecutivo mientras las autoridades han programado una serie de contramarchas de apoyo al régimen por todo el país y han prohibido expresamente las no autorizadas.

Las manifestaciones, que arrancaron el pasado jueves por primera vez, tienen como objetivo denunciar el alza de los precios y el gasto que está llevando a cabo en las intervenciones en Siria e Irak el Gobierno del presidente reformista Hasán Rohaní, aunque con el paso de los días las concentraciones, sobre todo en Teherán y en otros centros urbano de importancia, han adquirido mayor peso político con eslóganes contra el régimen y el verdadero hombre fuerte del régimen, el guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei. Al menos dos personas han sido heridas de bala por disparos de la policía en la ciudad de Dorud, al oste del país, segúin informó la agencia de noticias Reuters.

«Contrariamente a las concentraciones de otras ciudades que fueron contra la situación económica y la inflación, estas manifestaciones son de carácter político», según informó la agencia semioficial iraní Fars.

Este medio señala que decenas de jóvenes lanzaron piedras contra las fuerzas antidisturbios. Un vídeo colgado en las redes sociales muestra a varios de los manifestantes gritando Muerte al dictador, en referencia a Jamenei.

En la avenida Enghelab del centro de la capital, los manifestantes, que coreaban lemas contra los responsables del país, fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos, según comprobó sobre el terreno la agencia Efe.

El Ministerio iraní del Interior ha reiterado la prohibición de llevar a cabo manifestaciones y protestas no autorizadas. La nueva ley de delitos políticos iraní, aprobada el pasado enero, penaliza cualquier manifestación considerada «contraria a la gestión del país y sus instituciones políticas y a las políticas nacionales y exteriores».