Las relaciones entre Occidente y el Kremlin se deterioran con gran celeridad, rayando incluso la falta de cortesía diplomática. Rusia ha decidido posponer la visita del presidente Vladímir Putin a Francia, prevista para el próximo 19 de octubre con motivo de la inauguración de una catedral ortodoxa en París, ante la imposibilidad de pactar una agenda que fuera del agrado de ambas partes. La decisión coincide con el tono cada vez más recriminatorio de las críticas de los diferentes líderes occidentales hacia la actuación de las tropas y aviación rusas en la guerra de Siria, que incluyen graves acusaciones de "crímenes de guerra".

La presidencia de Francia ha explicado que ha mantenido intensos contactos en las últims horas con representantes rusos, en los que se ha llegado a ofrecer a Putin "una visita de trabajo sobre Siria, excluyendo todos los demás eventos en los que el presidente Hollande hubiera podido tomar parte". La propuesta, según París, fue rechazada finalmente por el Kremlin.

PROGRAMA RECORTADO POR EL ELÍSEO

Esta versión fue confirmada posteriormente por el Kremlin. Putin decidió no ir a Francia debido a que "algunas actividades referidas a la apertura de un centro cultural religioso se suprimieron del programa", tal y como afirmó el portavoz presidencial, Dmitri Peskov. El alto funcionario prometió que el líder del Kremlin viajaría a Francia en un "periodo más confortable" para las autoridades francesas.

Lo cierto es que la visita coincidía en el tiempo con la precampaña para las primarias francesas del partido Los Republicanos para elegir su candidato presidencial, y amenazaba con interferir en su desarrollo. Los dos favoritos para la nominación, Nicolas Sarkozy yAlain Juppé, defienden ides muy parecidas en la esfera económica, siendo en política exterior -y concretamente en el tema de Rusia, Siria y la inmigración- el ámbito en el que las diferencias son más acentuadas.

El expresidente francés ha visitado Moscú con regularidad en los últimos 12 meses y mantiene estrechas relaciones con Putin, además de haber dado su visto bueno públicamente a la anexión de Crimea. Con ello intenta atrerse a votantes ysimpatizantes del Frente Nacional, cautivados por el mensaje de recuperación de la soberanía nacional y contrario a la inmigración que defiende el líder del Kremlin. En cada ocasión en que Sarko viene a Rusia, los medios de comunicación audiovisuales rusos, bajo el firme control del Gobierno, dedican grandes espacios a informar acerca de las actividades del -según sus palabras- "próximo presidente de Francia".

Según el portal de noticias 'Meduza', la visita de Putin a Francia llevaba un año preparándose, e incluía la inauguración conjunta, con la asistencia de ambos mandatarios, del centro cultural-religioso ortodoxo.

A primera hora de la mañana, la visita de Putin a Francia parecía encarrilada, después de que el embajador de Rusia en París,Vladímir Orlov, declarara a una emisora francesa que Putin estaba dispuesto a acudir a Francia a hablar de los problemas "en estos difíciles momentos". Horas después, todo se fue al traste.