Tras casi seis meses de bombardeos aéreos en Siria, para Rusia ha llegado el momento de hacer balance. En una ceremonia de entrega de medallas a los militares que sirvieron en el país árabe celebrada este jueves en el Kremlin, el presidente ruso,Vladímir Putin, ha proclamado que la misión ha sido un éxito y un excelente método de entrenamiento para las Fuerzas Armadas de su país, que se encuentran en estos momentos en un profundo proceso de renovación. Intentando desbaratar los insistentes rumores de diferencias con su aliado, el presidente sirio Bashar el Asad, el líder del Kremlin ha recordado que el repliegue fue acordado con Damasco, y que en caso de necesidad, el dispositivo ruso puede ser desplegado de nuevo "en horas".

"Nadie ha inventado una manera más eficaz de perfeccionar lamaestría militar que las acciones de combate real; por esta razón, es mucho mejor gastar y emplear los recursos militares en el combate que en las condiciones de (entrenamiento en el) polígono", ha asegurado Putin en declaraciones recogidas por TASS. La intervención rusa en Siria dio comienzo el 30 de septiembre del 2015 y ha consistido en una media de 60-80 vuelos diarios desde la base de Khmeimim, principalmente con aviones de ataque SU-24 ySU-34 y supermodernos cazas SU-35 y fundamentalmente contra objetivos de la oposición a Asad, lejos de las zonas con presencia deEstado Islámico. Según las oenegés, alrededor de 2.000 civileshan perdido la vida como consecuencia de los bombardeos rusos -en algunos casos "deliberados", insisten- en una campaña militar cuyo "ritmo y agresividad superó" al de la coalición encabezada por EEUU, afirman.

ATAJAR ESPECULACIONES DE DIFERENCIAS CON ASAD

Con la presencia del primer ministro, DmitrI Medvédev, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, y altos cargos del Ejército, Putin ha querido atajar las insistentes especulaciones de diferencias de crIterio con su aliado, el presidente Asad. "La decisión de replegar gran parte de nuestros soldados y técnica militar fue acordada con Asad, quien fue previamente informado de nuestros planes", ha subrayado el líder del Kremlin.

La interervención durante la vistosa ceremonia en la sala San Jorgedel Kremlin ha servido también para recordar que "en caso necesario, en cuestión de horas, Rusia puede reforzar su contingente en la región en tamaño proporcional a la amenaza". Y también ha incluido una amenaza a quienes cualquier tentativa de modificar el estatus quo actual y establecer zonas de no sobrevuelo, dando a entender, a la vez, que la presencia militar de Rusia en Siria no estaba en ningún momento en cuestión.

"Todos nuestros socios (EEUU y demás fuerzas presentes en Siria) están advertidos y avisados: nuestros sistemas de defensa antiaérea responderán contra cualquier objetivo que consideremos una amenaza para los militares rusos, quiero subrayar, cualquier objetivo", ha advertido. Tras el derribo de un avión ruso por antiaéreos turcos, Rusia desplegó baterías antiaéreas de misilesS-400, con un radio de 400 kilómetros, imposibilitando en la práctica una eventual imposición de una zona de no sobrevuelo sobre Siria que no cuente con el visto bueno de Moscú.

El mandatario ha aprovechado la ocasión para cifrar el coste de la misión rusa: ha costado 33.000 millones de rublos, unos 425 millones de euros, que ya han sido incluidos en el presupuesto.