Las autoridades alemanas afrontan desde este jueves una tormenta de críticas por la cadena de fallos o disfunciones que permitieron aAnis Amri, principal sospechoso del atentado de Berlín, escapar al control policial al tiempo que era conocido como un “islamista peligroso”.

INVESTIGACIÓN TARDÍA

Tras el ataque, la policía perdió algún tiempo hasta concentrar la búsqueda sobre Amri, de quien se halló un DNI en el camión. La policía de Berlín asegura que la cartera con este documento no fue hallada hasta el martes, lo que explica que los investigadores se centraran en un sospechoso paquistaní, detenido y posteriormente dejado en libertad, después de que los forenses no encontraran indicios de su participación en los hechos.

DEPORTACIÓN PARALIZADA

Amri llegó a Alemania en julio del 2015 y desde diciembre, según el diario ‘Süddeutsche Zeitung’, estaba clasificado como “peligroso” por la policía. Su solicitud de asilo fue rechazada, y en verano las autoridades judiciales decidieron deportarle, por lo que fue trasladado a un centro de detención. Su expulsión, sin embargo, fue bloqueada por su país de origen, y quedó eventualmente en libertad.

CONOCIDO DE LA POLICÍA

A Amri se le relaciona con Abú Walaa, una de las figuras del islam radical en Alemania, calificado incluso de líder del Estado Islámico (EI) en este país. ‘The New York Times’ ha publicado que las autoridades de EEUU sabían que al menos una vez contactó con el EI y realizó búsquedas en internet para fabricar explosivos. ‘Der Spiegel’, citando escuchas telefónicas a “predicadores” islamistas, afirma que se había propuesto “durante meses” para una misión suicida.

VIGILANCIA ABANDONADA

En gran parte del 2016, Amri fue objeto de investigación y vigilancia, especialmente en Berlín, según la agencia AFP, donde se sospechaba que preparaba un atraco para financiar la compra de armas automáticas para cometer un atentado. La investigación fue abandonada por la fiscalía en septiembre por falta de pruebas.