Rusia ha respondido a Occidente expulsando ayer a decenas de diplomáticos de 23 países, entre ellos 16 estados miembros de la Unión Europea (UE), por haberse solidarizado con el Reino Unido ante el envenenamiento del exespía doble Serguéi Skripal en territorio británico, del que Londres acusa a Moscú. Entre los afectados figuran dos diplomáticos españoles. El ministerio ruso de Exteriores respondió según el principio de reciprocidad a esos países que expulsaron esta semana a diplomáticos rusos, medida condenada enérgicamente por Moscú. La medida era esperada, pero no por ello deja de echar más leña al fuego de la tensión establecida con Occidente.

La expulsión de dos diplomáticos españoles es en represalia por la medida similar anunciada el pasado lunes por el Gobierno de Rajoy. El embajador español en Moscú, Ignacio Ybáñez, fue convocado ayer a la sede del Ministerio ruso de Exteriores para comunicarle que los dos diplomáticos españoles habían sido declarados «persona non grata», según confirmó Exteriores. Los afectados, cuya identidad no se ha facilitado, disponen de varios días para abandonar el país, al igual que los demás diplomáticos expulsados, entre los que figuran franceses (4), alemanes (4), canadienses (4), ucranianos (13), checos (3), lituanos (3), italianos (2), holandeses (2), un sueco y un rumano.

60 ESTADOUNIDENSES // El ministerio ruso convocó ayer a los embajadores de los 23 países, a los que informó de la decisión de expulsar a sus diplomáticos y les entregó notas de protesta por las «medidas inamistosas» adoptadas contra Rusia. Rusia había citado ya el jueves al embajador de EEUU, John Huntsman, para informarle de la expulsión de 60 diplomáticos estadounidenses y el cierre del consulado general de EEUU en San Petersburgo, la segunda ciudad del país, en respuesta a la clausura del ruso en Seattle. Una treintena de países, en su mayoría miembros de la UE, y entre los que también figuran EEUU, Canadá, Australia y Ucrania, anunciaron esta semana su decisión de expulsar a 150 diplomáticos rusos. La respuesta rusa previsiblemente totalizará la misma cifra, además de los 23 británicos que ya expulsó en su momento. El Gobierno de Londres acusó a Moscú de estar detrás del envenenamiento de Skripal y su hija Yulia el 4 de marzo con un agente químico de fabricación rusa en Salisbury.

«Rusia no ha desatado guerras diplomáticas, y el presidente (ruso, Vladímir) Putin ha sido y es partidario de entablar y desarrollar buenas relaciones con todos los países, incluido EEUU», había declarado horas antes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Y recalcó que Moscú «nunca ha comenzado intercambios de sanciones, intercambios de expulsiones de diplomáticos, etcétera». Peskov rechazó las críticas de EEUU, que calificó de «lamentable» la expulsión de 60 de sus diplomáticos frente a sus medidas «perfectamente justificadas», en palabras de la portavoz del Departamento de Estado. Londres usó el mismo calificativo.