Rusia espera que el nombramiento del nuevo secretario de Estado, Mike Pompeo, aporte un respiro a las relaciones entre Washington y Moscú, que se hallan en su más bajo nivel desde el final de la guerra fría. "Es muy difícil que podamos caer más bajo, es por esto que, en este punto, es poco probable que se produzca una degradación", ha admitido el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

"En todo caso, existe el deseo de unas relaciones constructivas y sobrias", ha destacado el vocero.

Pese a llegar al puesto con la reputación de próximo al Kremlin, debido a sus tratos anteriores con políticos y empresarios rusos del sector de los hidrocarburos cuando se hallaba al frente de Exxo Mobil, Rex Tillerson se ha mostrado muy virulento durante las periódicas crisis que han sacudido las relaciones entre Washington y Moscú desde la llegada de Trump al poder.

DUREZA CON RUSIA

Poco después del bombardeo con armas químicas en Siria contra el feudo rebelde de Jan Sheijun, Tillerson aterrizó en Moscú, donde protagonizó una tensa rueda de prensa con su homólogo ruso Serguéi Lavrov, en la que calificó a Bashar el Asad de "animal" y acusó a Rusia de encubrir a su aliado sirio.

Recientemente, casi coincidiendo con su destitución, lanzó una dura advertencia a Rusia a propósito del envenenamiento sufrido por un exespía ruso en suelo británico. Moscú debe evaluar "si sus acciones responden al interés del pueblo ruso y del mundo", recordó.