Con la confianza propia de quien se ha convertido ya en el amo y señor del lugar, el Kremlin lanzó ayer una dura advertencia al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, previniéndole de que no tolerará que se produzcan enfrentamientos armados entre el Ejército del régimen de Asad, su aliado, y las fuerzas otomanas. Paralelamente, tropas rusas en Siria se fueron instalando durante la jornada en bases que hasta fecha muy reciente ocupaba el contingente de EEUU, unas imágenes cargadas de simbolismo que reflejan la pérdida total de influencia de Washington en el país.

«No solo creo que los enfrentamientos turco-sirios no son del interés de nadie, sino que serían inaceptables; es por esta razón que no permitiremos que las cosas lleguen a este punto», dijo Aleksándr Lavrentiev, enviado del presidente ruso para Siria, en declaraciones recogidas por TASS desde los Emiratos Árabes Unidos, donde Vladímir Putin se hallaba de visita. Lavrentiev agregó que no se permitirá a Ankara que, bajo ningún concepto, la presencia militar turca en Siria se prolongue en el tiempo y que, más pronto que tarde, las fuerzas del régimen sirio deberán retomar el control de toda la frontera norte de Siria.

DESBANDADA Y DERROTA / Según el Ministerio de Defensa, soldados rusos ya ejercen de fuerza de interposición entre ambos ejércitos en algunos posibles puntos de fricción, como en la localidad de Manbij, a unos 15 kilómetros de la frontera. «La Policía militar patrulla a lo largo de la línea de contacto entre la República Siria Árabe y Turquía», reza el texto gubernamental. Los mandos militares rusos, continúa la nota, «están interactuando» con los turcos.

Tras el pacto entre las milicias kurdas y el régimen de Bashar el Asad bajo los auspicios de Moscú, la jornada estuvo repleta de imágenes que reflejan una agria sensación de desbandada e incluso derrota entre el contingente estadounidense que había entrenado a las milicias prokurdas, sus aliados hasta hace unos días en la lucha contra Estado Islámico.

El Gobierno español decidió ayer denegar las licencias de exportación de armas a Turquía y pide a Ankara que ponga fin a los bombardeos en Siria, según adelantaron a este diario fuentes gubernamentales.

MERCADO DE ARMAS / El motivo de esa decisión es la posibilidad de que ese material militar pueda ser empleado en la invasión del norte de ese país que está llevando a cabo el Ejército turco. El Ejecutivo tomó la medida en coordinación con otros socios de la Unión Europea como Alemania, Francia y los Países Bajos. Se espera que Italia se adhiera en breve a la iniciativa.

El Gobierno «condena» la operación militar que Turquía lleva a cabo en territorio sirio pues considera que está teniendo «desastrosas consecuencias humanitarias, que se añaden al profundo y largo sufrimiento del pueblo sirio». En un comunicado, el Ejecutivo español entiende que la maniobra ordenada por Erdogan «aumenta el número, ya considerable, de refugiados y desplazados, al tiempo que entorpece la ayuda humanitaria» y «pone en peligro la estabilidad y la seguridad de la región».

La Moncloa considera que la invasión turca «da nueva vida a la organización terrorista Daesh, poniendo en peligro los avances de la Coalición Global, a la que España pertenece». La presencia de tropas españolas en Turquía, concluye la nota, se encuadra en una operación de la OTAN destinada a contribuir a la paz y la estabilidad en la región. El Gobierno de Sánchez apuesta por una solución política.