La televisión estatal transmitía por enésima vez los cursos teóricos de Hugo Chávez cuando anunció que había noticias importantes provenientes de Moscú y en la pantalla aparecieron el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov y su colega venezolano, Jorge Arreaza. Se dieron besos en ambas mejillas, estrecharon manos dos días después de la conversación telefónica entre Vladimir Putin y Donald Trump y horas antes de que Lavrov se encuentre en Finlandia con el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, para discutir, entre otras cosas, la cuestión venezolana.

No se puede violar la soberanía de los países ni usar la fuerza fuera de la carta de la ONU. Hay que seguir con todas sus resoluciones, ha afirmado Lavrov. Rusia, ha añadido, está dispuesta a seguir con su ayuda constructiva para resolver el conflicto. Según el ministro ruso, el Grupo de Contacto, que integran México, Uruguay, Bolivia y varios países de la UE, puede jugar un papel importante.

También ha lamentado que Juan Guaidó rechazara esa iniciativa para encontrar un acuerdo. Está claro que no lo hace por su propia cuenta. Todo es dictado por EE.UU. Pero el mecanismo de Montevideo está sobre la mesa. Estamos listos para trabajar, ha constatado Lavrov. Sobre su encuentro con Pompeo ha señalado que si Washington trata de liarse con el derecho internacional será muy difícil conversar. Lavrov ha recordado en ese sentido lo que ha ocurrido en Libia y Siria, pero no ha cerrado por completo la posibilidad de encontrar una salida negociada de la crisis.

APOYO RUSO Y COREANO

Su homólogo venezolano, Jorge Arreaza, ha exaltado la consecuencia de Putin como defensor del derecho internacional y ha expresado su satisfacción por el hecho de que Lavrov utilizara sus mismas palabras para definir lo que ocurrió en Caracas el pasado 30 de abril. El ministro ruso ha hablado de intento de golpe y, a su turno, Arreaza ha completado el razonamiento señalando que los portavoces de EE.UU. no cesan en su empeño por forzar un cambio de Gobierno por vías no constitucionales. Es bajo estas circunstancias que nuestra relación con Moscú se hace más importante no solo para nuestros países sino con el mundo.

En medio de las salutaciones mutuas de los ministros, Caracas también ha recibido el respaldo de Corea del Norte. Pionyang calificó la tentativa de alzamiento como un peligrosísimo acto de violencia.