La nube. Así es como llama Donald Trump a las investigaciones sobre la trama rusa, esa masa informe de aguas procelosas que está encapotando su presidencia y distrayendo su agenda. La expresión apareció durante sus conversaciones con James Comey, al que pidió que le ayudara a “levantar la nube” antes de despedirlo como jefe del FBI. Y este pasado fin de semana en Hamburgo, Trump se confabuló con Vladimir Putin para mirar solo “hacia delante”, como si bastara una intención para quitarse de encima el peso que le atenaza. Nada más lejos de la realidad. La nube acaba de hacerse más grande tras conocerse que el hijo mayor del presidente, Donald Trump Jr., recibió en junio a una abogada cercana al Kremlin después de que le prometiera información dañina sobre Hillary Clinton.

Estas nuevas revelaciones, adelantadas por 'The New York Times', van directamente al centro de la cuestión que investiga el fiscal especial, Robert Mueller, designado por el departamento de Justicia. ¿Cooperó el entorno de Trump con Rusia para ayudar al Kremlin a interferir en las elecciones? ¿Hubo colusión? El hijo del presidente ha declarado que la abogada no le dio más que información“vaga, ambigua y sin sentido”. “No aportó detalles ni ofreció información complementaria. Muy pronto quedó claro que no tenía información substancial”. Pero lo cierto es que Trump Jr. aceptó la reunión con la esperanza de que le diera material comprometedor sobre la rival demócrata de su padre en las elecciones. En palabras del 'Times', “es el primer indicio público de que al menos algunos en la campaña de Trump estuvieron dispuestos a aceptar la ayuda rusa”.

Este episodio abre una nueva grieta en la fontanería de la Casa Blanca, acechada por las continuas revelaciones de la prensa. Trump Jr. ha explicado que se reunió con la abogada Natalia Veselnitskaya, que ha representado a empresarios cercanos al Kremlin, a instancias de uno de los contactos que hizo cuando su padre llevó el concurso de Miss Universo a Moscú en el 2013. “Me dijo que tenía información útil para la campaña. No me dijo su nombre antes de la reunión”, ha afirmado el hijo mayor del presidente, quien gestiona ahora su imperio empresarial junto a su hermano Eric.

ACUSACIONES A LOS DEMÓCRATAS

A la reunión, celebrada solo dos semanas después de que Trump conquistara la nominación republicana, asistieron también Jared Kushner, su yerno, y Paul Manafort, por entonces el jefe de su campaña y personaje con estrechos vínculos al exliderazgo proruso de Ucrania. “Después de presentarnos, la mujer dijo que tenía información de que individuos conectados a Rusia estaban financiando al Comité Nacional Demócrata y apoyando a Clinton”. Pero, según sus propias palabras, no le ofreció nada substancial y muy pronto la conversación derivó hacia las adopciones estadounidenses de niños rusos.

Se refiere al llamado caso de Sergei Magnitsky, que emponzoñó las relaciones entre el Kremlin y la Administración Obama a raíz de la muerte en prisión del abogado que había investigado la corrupción del entorno de Putin. Después de que el Congreso aprobara en el 2012 una ley para sancionar a 18 funcionarios rusos supuestamente conectados con la muerte de Magnitsky, Rusia respondió paralizando las adopciones de sus huérfanos. Y con el tiempo, Veselnitskaya, la abogada que se reunió con Trump Jr., hizo del caso su cruzada particular en Washington para tratar de levantar las sanciones.

DESMENTIDO DEL KREMLIN

Los abogados de Trump se han apresurado en afirmar que el presidente no participó en la reunión ni tuvo constancia de ella. También el Gobierno ruso ha negado cualquier conocimiento del asunto. “No podemos seguirle la pista a cualquier abogado y sus reuniones en casa o en el extranjero”, ha dicho el portavoz, Dimitry Peskov. Desde la Casa Blanca, la asesora del presidente, Kellyane Conway ha echado a su vez balones fuera, negando que estas últimas revelaciones puedan constituir un delito. “¿Estás diciendo que hay pruebas de colusión?”, le respondió a un periodista. ¿Solo porque todo el mundo está tratando de transformar sus fantasías en pruebas documentales y no han sido capaces de hacerlo?”.

Trump insiste en que la trama rusa no es más que una “caza de brujas” de los demócratas y sus aliados para apartarle del poder. Pero pasan las semanas y la nube se hace cada vez más grande. Varios comités del Congreso continúan la investigación, así como Muller y su 'dream team' de fiscales. Tras esta última revelación, algunos senadores han afirmado que habría que llamar a declarar a Trump Jr., que en su primera respuesta a la exclusiva de 'The New York Times' dijo que solo se reunió con Veselnitskaya porque quería hablar de las adopciones estadounidenses de niños rusos. Más tarde cambió su versión para reconocer que la abogada le ofreció información comprometedora sobre Clinton.