El ultraderechista Matteo Salvini, actual vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior de Italia, se está convirtiendo en el hombre fuerte del Consejo de Ministros a medida que endurece su discurso y sus decisiones xenófobas. El líder de la Liga aumenta su popularidad en los sondeos y eclipsa al primer ministro, Giuseppe Conte, y a sus socios del Ejecutivo, los indignados del Movimiento 5 Estrellas (M5S), a raíz de sus medidas contra los inmigrantes, las oenegés que los rescatan en el Mediterráneo y contra los gitanos que viven en la península.

Mientras, el barco solidario Lifeline, con al menos 240 emigrantes a bordo, seguía ayer en aguas internacionales del Mediterráneo a la espera de que las autoridades de Roma le ordenasen en qué puerto debe desembarcarlos.

A pesar de la indignación expresada por políticos de la oposición, intelectuales y medios de comunicación, los sondeos de Demopolis, Euromedia Research y Pieppoli señalan que el 28,3% de los electores votaría a la Liga (en marzo obtuvo del 17% de los votos) y el 28%, a los indignados.

En Roma subieron de tono las críticas a Salvini por la agresividad de sus políticas. «Es un ministro de la mala vida, no le tengo miedo», declaró el escritor Roberto Saviano, escoltado siempre por la policía a consecuencia de las amenazas de muerte de la mafia. Después de unas duras críticas de Saviano sobre la política migratoria de Interior, Salvini había amagado con quitarle los guardaespaldas. «La escolta no se reserva a los amigos y no puede ser suprimida a los enemigos», escribió Mario Calabresi, director de La Repubblica. «Lo que está sucediendo es preocupante», declaró el escritor Salman Rushdie, exiliado en Gran Bretaña tras ser condenado a muerte por un ayatolá por sus escritos.

El presidente del Gobierno, Giuseppe Conte, guarda silencio y, cuando viaja al extranjero, Salvini suele avanzar qué dirá o decidirá el que parece ser jefe de un Ejecutivo dirigido más bien por sus dos vicepresidentes, Salvini y Luigi Di Maio. «El Gobierno realiza el programa del capo de la Liga», escribe L’Expresso. «Nominalmente el jefe del Gobierno es aún Conte, pero de hecho su puesto ha sido tomado por Salvini», añade el analista Claudio Tito. Las protestas de la oposición son tan blandas que no parecen afectar a la conmoción que viven Italia y la UE.

Lejos de la tormenta que asola Roma por las continuas declaraciones ministeriales hechas en Twiter y Facebook en lugar de las tradicionales declaraciones institucionales, algunos medios italianos aclararon que el Lifeline se encuentra en aguas internacionales y no en las de Malta como había asegurado Salvini. El capitán del buque puso a disposición del público su ubicación a través de un programa de Google.

La nave está efectivamente inscrita en el registo holandés de embarcaciones y en el registro internacional (IMO). La oenegé alemana Lifeline difundió una fotocopia del registro del barco, cuya tripulación acusó al titular de Interior de «fascista».

Las aclaraciones han evidenciado también que la nave salvó a los 240 emigrantes en aguas internacionales y no libias, como había escrito Salvini, que por esta razón la calificó de «barco fantasma» y a sus propietarios de ser una «seudooenegé» que vive de «carne humana».

INDIGNADOS ENGULLIDOS / «Nunca (desembarcarán) en Italia, arrestaremos a la tripulación», amenazó Salvini, provocando fricciones y malestar con sus socios de Gobierno, los indignados del movimiento fundado por Beppe Grillo, cuya base está inundando las redes sociales con las alarmas de que «la Liga (de Salvini) nos engullirá» y «estamos perdiendo nuestra identidad».

Salvini anunció ayer, además, que el importe estatal para la asistencia a los inmigrados, incluidos quienes hayan pedido asilo, disminuirá de 35 euros diarios a 20 euros, porque «las oenegés se lucran con las personas que asisten».

El polémico ministro abrió un nuevo frente, al declarar que estaba a favor de que «todos los niños puedan entrar en las escuelas y no sean expulsados» por no haber sido vacunados. «Considero que 10 vacunas obligatorias (en total, son 14) son inútiles y en muchos casos peligrosas sino dañinas», dijo.