El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, exigió ayer a Europa que haga algo con la inmigración «o que calle para siempre». Durante una comparecencia en el Senado, el líder de la ultraderechista Liga dijo que «Italia no acepta lecciones de solidaridad y de humanidad de nadie» y agradeció «a los amigos españoles su buen corazón» por haber acogido el Aquarius, aunque recordó que «Pedro Sánchez tiene amplio margen para ejercitar su solidaridad en las próximas semanas» ya que «solo cuenta con cerca 16.000 demandantes de asilo mientras que en Italia hay 170.000». Salvini también exigió que Francia pida perdón a Italia después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, denunció ayer el «cinismo» y la «irresponsabilidad» del Gobierno de Roma en la gestión del Aquarius.

Salvini recordó que Francia ha devuelto a su país a más de 10.000 personas que cruzaron la frontera e invitó a Macron a ejercer su solidaridad y hacerse cargo de los 9.000 inmigrantes presentes en Italia que se habían comprometido a acoger «y de los que solo se ha hecho cargo de 640». Francia, por su lado, intentó rebajar la tensión diplomática con su vecino asegurando que es «perfectamente consciente» de sus esfuerzos ante la presión migratoria que soporta el país. «Ninguna de las declaraciones de las autoridades francesas cuestiona eso, ni la necesidad de coordinarnos estrechamente entre europeos», indicó el Quai D’Orsay, que declinó no obstante, comentar la decisión del Gobierno italiano de convocar al embajador francés para protestar por lo que considera «lecciones hipócritas» de un país que «mira hacia otro lado» cuando se trata de inmigración.

Macron invitó al primer ministro italiano, Giuseppe Conte, a reunirse el viernes con él en el Elíseo y el ministro de Interior francés, Gérard Collomb, hizo lo propio con Salvini y el español Fernando Grande Marlaska. Ayer, sin embargo, el ministro de Economía italiano canceló una visita prevista para hoy en París.

Salvini volvió a criticar a las organizaciones humanitarias y a las oenegés que salvan vidas en el Mediterráneo al denunciar de que existen «asociaciones privadas financiadas a saber por quién». También dijo que «está harto de ver niños muertos en el mar» porque les «colocan en una lancha y les mienten prometiéndoles que hay futuro». Denunció también el «negocio» de los solicitantes de asilo y de los abogados de oficio que se lucran.