El ministro de Interior italiano y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, volvió a prohibir ayer la entrada en sus aguas territoriales del barco alemán apoyado por la oenegé Mission Lifeline que el pasado lunes rescató a unos 110 migrantes frente a las costas de Libia.

En esta ocasión, la orden para impedir que el Eleonore «ingrese, transite o se pare» en aguas italianas fue firmada también por los ministros de Defensa y de Transportes, del Movimiento 5 Estrellas y que se enfrentaron a Salvini en la crisis del Open Arms. «Se trata de una medida que compacta el Gobierno (dimitido) frente a la enésima tentativa de acercarse (a Italia) de parte de una oenegé alemana», declaró Salvini. Giuseppe Conte, dimitido primer ministro, guardó silencio sobre el caso.

Cuando muchos elementos parecen apuntar a que esta semana se producirá un cambio de gobierno en Roma, Italia endurece sus políticas migratorias, probablemente destinadas a cambiar de rumbo con un nuevo Ejecutivo. Ayer, el Ente Nacional para la aviación civil (ENAC) prohibió que dos aviones ultraligeros que las oenegés hacen despegar desde la isla de Lampedusa, salieran a la búsqueda de posibles náufragos.

Por su parte, Malta rechazó suministrar agua y alimentos al barco alemán, según denunció Mission Lifeline. Asimismo, las autoridades del país denegaron en dos ocasiones al buque el desembarco de los rescatados con el argumento de que no tienen «obligación legal», pues los migrantes fueron salvados en aguas libias.

La Eleonore lleva 110 migrantes a bordo. Ya en el 2018 fue retenida en Malta y su comandante, Carl Peter Reish, procesado y condenado a pagar 10.000 euros de multa. Esta vez la oenegé alemana ha pedido un «puerto seguro» directamente al Gobierno de Berlín.

El buque de la Armada española Audaz puso rumbo al puerto de San Roque (Cádiz) con los 15 migrantes asignados a España por la CE de los más de cien rescatados por el barco Open Arms.