El Gobierno de Colombia y las FARC firmarán finalmente este jueves en Bogotá el nuevo acuerdo de paz sin contar con el aval del expresidente Álvaro Uribe y de "los sectores más radicales del 'no'", como los ha llamado el presidente del país, Juan Manuel Santos, que ha anunciado esta madrugada la firma. El dirigente, galardonado con el Nobel de la Paz por sus esfuerzos para poner fin a un conflicto armado de 52 años, ha dicho "lamentar de veras" la posición de los críticos con el pacto y con sus efectos en la realidad política de ese país. "Mi primera y principal preocupación es por el proceso de paz y por el riesgo, que crece cada día, de echar para atrás lo alcanzado, dada la fragilidad del alto el fuego", ha subrayado Santos durante un mensaje al país.

El presidente colombiano ha hecho hincapié en que el acuerdo, que esta vez no será sometido a unan consulta popular, será ratificado por el Parlamento del país. "De común acuerdo con las FARC, es claro que la vía más conveniente y legítima para refrendar este nuevo acuerdo es a través del Congreso de la República, donde además están representadas todas las visiones y opciones políticas del país, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha".

Santos ha explicado así las razones por las cuales no se convocará un nuevo referéndum: "Una nueva campaña polarizaría de manera peligrosa al país y éste es el momento de la unión y no la división".

Ha recordado que el pacto alcanzado en La Habana ha sido respaldado por la comunidad internacional. "Estados Unidos, la Unión Europea, todos los países de nuestro continente reunidos en la OEA, saludaron y reconocieron el diálogo nacional y la inclusión de sus resultados y recomendaciones en el nuevo acuerdo", ha señalado.

DESPLANTE DE URIBE

El desplante de Uribe no era al parecer esperado por Santos después de que se incluyeran en el nuevo acuerdo cambios propuestos por el expresidente en casi 60 temas, y en algunos casos con modificaciones de peso. De alguna manera el presidente ha trasladado a Uribe las responsabilidades políticas de esta decisión y ha mencionado el reciente incidente en el que dos guerrilleros murieron en el sur de Bolívar, así como los atentados contra líderes sociales, atribuidos a sectores de la ultraderecha paramilitar. "Se han perdido vidas y hay muchas más en peligro. No podríamos perdonarnos no haber actuado con prontitud y firmeza para corregir esta situación".

Por eso ha remarcado: "Tenemos que actuar. No hay tiempo que perder". Santos no cierra las puertas a la posibilidad de un entendimiento con el uribismo a último momento. "Quiero reiterar nuevamente mi disposición al diálogo para lograr consensos sobre la implementación del acuerdo, que es tan importante como el acuerdo mismo", ha dicho.

Colombia, ha remarcado, se encuentra frente a una "coyuntura excepcional" que no puede ser desperdiciada. "Tenemos ante nosotros la oportunidad única de cerrar este capítulo tan doloroso de nuestra historia". Por eso ha hecho una llamada a los colombianos: "Levantemos la mirada hacia el futuro… pensemos en las vidas que la paz salvará, en las víctimas que no tendrán que sufrir la violencia ni el desplazamiento".