Steven Woolfe, el protagonista de la pelea en la que se enzarzaron recientemente dos miembros del UKIP (Partido por la Independencia del Reino Unido) y que terminó en el hospital, puede haber abandonado la formación, pero la Eurocámara no está dispuesta a olvidar el incidente. Su presidente, Martin Schulz, ha anunciado este miércoles que ha decidido solicitar a la fiscalía francesa que investigue lo ocurrido.

“Los hechos descritos por ambos eurodiputados divergen mucho. Como no ha habido testigos presenciales y dada la gravedad de los daños personales, hacen falta nuevas pesquisas para averiguar la veracidad de los hechos, por lo que he solicitado a las autoridades francesas que tomen cartas en el asunto”, ha anunciado al inicio de la sesión plenaria.

Schulz, que tampoco ha cerrado la puerta a adoptar posibles sanciones internas tal y como prevé el reglamento interno de la Cámara, ha explicado que la decisión de trasladar el asunto a la fiscalía francesa es la recomendación que ha efectuado el comité de ética del Parlamento Europeo tras analizar el altercado que protagonizaron Woolfe y Mike Hookem a principios de octubre, durante una reunión interna de su grupo. La imagen de Woolfe tirado en el suelo en la pasarela que da al hemiciclo de Estrasburgo y posteriormente en una cama del hospital recorrió portadas.

El eurodiputado, que desde esta semana forma parte del grupo de los No inscritos, cayó redondo tras votar en el pleno y tuvo que ser hospitalizado de urgencia. “El examen médico que se le hizo a Woolfe indica que se desmayó en el puente como consecuencia de un golpe en la cabeza”, ha explicado Schulz. “Se lo he comunicado a Woolfe. Hay sospechas de que se ejerció violencia, es posible, y por eso voy a pasar el tema a la fiscalía francesa”, ha reiterado, recalcando que en este incidente se faltó al respeto mutuo y que todos los eurodiputados están obligados a respetar los principios de la Cámara.

ATAQUES DE ODIO

El asunto no ha quedado en un mero anuncio y el jefe de filas de los populares, Manfred Weber, y del UKIP, Nigel Farage, se han enzarzado durante el debate sobre los resultados de la última cumbre. “Es lamentable que dos diputados nuestros se hayan enzarzado en una pelea, pero no ha quedado demostrado que alguien haya encajado un puñetazo”, ha subrayado Farage durante su intervención. “Pero si quiere salir conmigo podemos salir y mantener una conversación civilizada tomándonos un café”, le espetaba al conservador alemán.

“He visto las fotos del colega en el suelo. Me quedé conmocionado. Que pase esto en un Parlamento es increíble. En el Reino Unido cada vez hay más ataques de odio. Se está sembrando el odio y la desconfianza, y vamos a luchar contra la política que usted practica”, ha advertido Weber.